Las Fiebres Musicales de julio (I)

Galbana estival. Y sin estar de vacaciones, oigan. Lo atribuiremos a ello. Pereza para casi todo. Incluso para enfebrecerme por discos o canciones. Y es que las calenturas musicales del pasado julio han discurrido de forma proporcional a la climatología que hemos tenido por estos lares. Es decir, no han sido excesivamente altas. Unas décimas. Pasen y vean, que no me extenderé.

De los Zebra Hunt ya les hablé en mi banda sonora del mes de mayo. Ha sido uno de los descubrimientos de lo que llevamos de año. El caso es que es una de esas bandas con canciones tan redondas que te dices: «oh, esto en en directo tiene que ser una maravilla». Y hete aquí que el pasado 3 de julio actuaban no muy lejos, en Donosti. No muy lejos pero sí lo suficiente como para descartar la idea al tratarse de un lunes en el que este que escribe salía de currar a las 9 de la noche. Para desquitarme, rallé un poco el disco los subsiguientes días. Y para morir de envidia, el vídeo en el que interpretan en directo, en dicho bolo, en la sala Dabadaba, el segundo corte del «In Phrases», titulado «Bad terms».

El rollo nostálgico sacude en cualquier época, chavales. Nos ponen los discos o las canciones de cuando peinábamos menos canas y demás. Cómo nos impactaron y tal. El caso es que pensando en hacer una lista sobre discos en directo (atentado que finalmente perpetré) me tiré una tarde entera escuchando, prácticamente en bucle, el «It’s alive» de los Ramones. ¡Qué discazo! Me acordé del Blanco, amigo de la infancia, que me lo grabó, y de lo chinorris que éramos, desgañitándonos con el «Blitzkrieg bop». Yo creo que aún ni íbamos al instituto. Aún me puedo ver con el walkman quemando la cinta TDK en que quedó registrado. Ay, la añoranza no se toma vacaciones.

Y acabo con los Ride. Los británicos han sido confirmados, hace escasas semanas, para el cartel de la próxima edición del festival BIME, en Barakaldo. Este año no tenía ninguna intención de acudir a este evento pero este anuncio ha trastocado los planes. Nunca les he visto en directo y siempre ha sido una banda que me ha gustado mucho, tanto en sus inicios más shoegazer como en su etapa más brit. Además, según me han dicho, su pasada actuación en el FIB debió rozar lo memorable por lo que, nada, habrá que, de momento, ir pensando en comprar entrada de día para el mencionado festival. Y, con todo, derivado de todo esto, pues unos cuantos días los dediqué a repasar los discos de Ride.

Bola extra: dos canciones que me fliparon y a las que llegué después de leer esta fantástica entrevista a Juan de Pablos en la Jot Down y, tras la lectura, escuchar unos cuantos programas antiguos de Flor de Pasión. Ahí las tenéis. «Angellina» de Joan Baez y este «January» de Pilot. Escuchadlas porque son simplemente magníficas.

Las Fiebres Musicales de mayo (y II)

Seguimos. Y II. Nueve canciones editadas este 2017 y descubiertas este pasado mes de mayo seleccionadas de un total de 19 que pasaron el primer corte. Arriba con ellas…

9.- RAC: This song. Esto es un neogallardismo en toda regla. Una de esas canciones para reverdecer laureles, pensar en verano y en festivales a los que acudir en pantalón corto, beber cerveza mala y cara y acabar la noche vibrando cuando el DJ de turno te pincha un tema así. Sí, sé que no queda muy de pedigrí decir todo esto pero esta canción, «This song», es lo que me sugiere. Noche y tontería. De tonterías sé mucho, no hay más que leerme. No lo hagáis más y escuchad este tema si es que tenéis ánimo para hacerlo visto lo visto.

8.- THE VACAN LOTS: Pleasure and pain. Una banda y, por tanto, un tema desconocidos para mí hasta este mes de mayo de 2017. Una suerte de rock lisérgico y espacial que emparento con, por ejemplo, Spiritualized. Una canción muy, muy disfrutable.

7.- COURTNEY BARNETT: How to boil an egg. La señorita Barnett ya nos conquistó en 2015 (ver la cosecha de dicho año) con su disco “Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit” y parece que va a volver a hacerlo con lo que ha mostrado en este adelanto que funciona como guía rockanrollera para hervir un huevo. Mola un ídem.

6.- KELE OKEREKE: Yemaya. La verdad es que recordando al señor Okereke al frente de aquel hype, que lo fue, Bloc Party, me ha sorprendido mucho los derroteros que ha adquirido en solitario o, al menos, lo que muestra en este tema titulado «Yemaya». Un medio tiempo calmado e introspectivo, con cierto tono folkie que atrapa e hipnotiza. Una preciosidad.

5.- THE PRIMITIVES: I’ll trust the wind. Gran regreso el de los de Coventry. Tema llamado a convertirse en hit en la liga del indie pop temporada 2017. Caramelo adictivo para todos los que gustamos del guitarreo festivo. Nada más que decir. Deleitaros.

4.- ZEBRA HUNT: Follow. Zebra Hunt era, para este que escribe, el típico nombre respetado por muchos de mis influencers al que aún no le había hincado el diente. Para ponerle remedio, nada mejor que ver que la gente de Munsterama distribuya su último LP, «In phrases», a un precio magnífico, escucharlo previamente en Spotify y ver que sí, que, efectivamente, es un muy buen disco de pop-rock guitarrero que añadir a la colección. Para muestra, este temazo que es «Follow», octavo corte del mencionado álbum.

3.- DOUG TUTTLE: Bait the sun. Otro maravilloso descubrimiento. Delicadísima psicodelia enlatada en un artefacto de quince canciones de 33 minutos titulado «Peace Potato». Y, a pesar del minutaje, insisto, no es punk precisamente. Lo que sí es es una cosa muy pero que muy bonita. Algo fantástico.

2.- STONE FOUNDATION: Strange people. Hablando de maravillas… buah… Me encanta poder hallar novedades tan elegantes con reminiscencias modernistas como este TE-MA-ZO, en el que colaboran dos mitos de la escena como el Modfather Paul Weller y el soul-man William Bell. Distinción, finura, belleza… y porque no encuentro otros sinónimos en esta onda. En fin, que huelga decir que escuchéis esta joya.

1.- THE CHARLATANS: Let’s go together. Y mi canción favorita del mes de mayo es, sorprendentemente, de los Charlatans. Y digo sorprendentemente porque no me esperaba que Tim Burguess y compañía fuesen capaces de (volver a) hacer temas tan absolutamente redondos. Y admito también que contribuye a mi elección que fui muy fan de los mancunianos. O sea, que olvidadlo todo. Ni expectativas ni cienfebrismos. Aquí lo que vale es este hit con reminiscencias psicodélicas, mántricamente adictivo que me reconecta con aquellos Charlatans del «Tellin’ Stories», «Up to our hips» o «Some friendly» y ya sólo con eso pues… mierda, ha vuelto a emerger el Cienfebrismo. Vale, sea. Pues déjense guiar, por una vez, por mis desvaríos y pinchen este tema (para volver a compensar también diré que el resto del disco le desmerece totalmente a esta canción)