8 de junio. Mi Banda Sonora.

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Luisa y Borja se han currado una boda muy guapa. Un enlace especial y mágico. Me lleva a usar esos adjetivos y no otros el lugar elegido. Mas del Silenci. Una masía en plena montaña en la que la naturaleza se erige protagonista para, si los organizadores, en este caso los novios, colaboran, alcanzar una comunión perfecta entre evento y entorno.

Música folk ambiental pre y post ceremonia y un trío de jazz en directo para amenizar un extenso cocktail y luego ya, para la fiesta nocturna, mamarracheo, petardeo y pachangueo que me perdí, en su mayoría, por ver, rodeado de hinchas culés, la final de la Champions.

No sólo la música de la boda ha compuesto mi banda sonora de este pasado fin de semana. En el coche para ir hasta Vic hubo tiempo de poner uno de los CD de la cajita esa de la C86, algún CD de esos de la Rockdelux del año 2009, el «Songs from a Northern Britain» de los Teenage Fanclub, Cooper, Ocean Colour Scene y She & Him y Vetusta Morla como discos elegidos por Ana.

Hoy hay cansancio y restos de resaca. Y ganas de estar con Nicolás tras un fin de semana sin él. Pusimos el volumen I del Sensacional Soul antes de irnos al parque.

Esta ha sido mi banda sonora de hoy, lunes, 8 de junio de 2015.

7 de abril. Mi banda sonora.

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Tengo la impresión de que mi cara ha absorbido todo el sol que ha emergido estos dos últimos días. Se ha quemado. Pero bien quemada. Rojo como un tomate. El domingo salió el sol en el sur de Francia y el paseo por la localidad de Arcachon comenzó a tostarme. El lunes también brilló el astro rey en Barakaldo y acabó por abrasarme. Rojísimo. No sé muy bien a qué viene escribir sobre la rojez de mi rostro. Será que mientras lo hago, mientras lo escribo, el calor que emana mi cara no me deja pensar en otra cosa. A saber.

Hemos ido a Burdeos esta Semana Santa. Lo hemos hecho en coche y, claro, buena parte de la banda sonora de esos días se ha producido ahí. Tampoco mucho porque cuando Nicolás dormía apagaba el radio CD. ¿Qué ha sonado? Los CDs 1 y 2 de la caja Deluxe C86 y el primer disco de Vetusta Morla, elección esta realizada por mi señora.

Burdeos. Me ha gustado mucho su vida, su ambiente, sus bares, sus restaurantes, su vino y sus librerías. Y su romántica decadencia arquitectónica que conllevó un interesante debate con las amistades en Facebook al respecto, entre otras cosas, de por qué nos gusta el deterioro de algunas ciudades foráneas y no el propio. Je, una especie de reivindicación de nuestro declive. Más o menos esto, entre otras cosas.

Burdeos. También nos han gustado algunas tiendas de ropa y algunas que he encontrado de discos. A una de ellas, fui a tiro hecho como encarecida recomendación de Javi: Diabolo Menthe. Disquería atiborrada de LPs y CDs hasta tal punto que uno llega a aturullarse (y más si sabes que tu mujer y tu hijo te esperan para seguir conociendo la ciudad y, por lo tanto, no dispones de todo el tiempo del mundo). «The Sermon!» de Jimmy Smith me traje del citado establecimiento y éste fue el que capitalizó la banda sonora del lunes 6, ya en casa.

El domingo por la mañana también piqué en el mercadillo de la plaza Saint Michel. Me compré un disco, «In a tribute to Duke Ellington», de The Frankie Capp Percussion Group por su portada (en la imagen) y por su precio. Este aún no ha sonado, lo admito. Y sí, por su portada. No será el primero ni el último que compre por dicho criterio.

Y hoy, jornada del regreso a la rutina, más allá de Playlists varias y más allá de mi quemazón facial, he reescuchado un disco que, en su momento, hace un par de años, me gustó mucho: «Machineries of joy» de British Sea Power. Sigue sonando que te cagas.

Esta ha sido mi banda sonora de hoy, martes 7 de abril de 2015.