Las Fiebres Musicales de abril (y II)

Esta es la segunda parte de mi absurdez musical mensual. Así lo definí ayer en la parte I. Y II, o sea, ya me callo. Vamos con las novedades descubiertas en abril. Nueve canciones de 19 guardadas son las que componen la lista de este pasado mes y son…

9.- Cotton Mather: «Girl with a blue guitar». Hubo un disco de estos tipos que me encandiló sobremanera. Era «The big picture» y allá cuando salió, en 2001, me atrapó por su sonido netamente británico pese a ser de una banda radicada al otro lado del Atlántico. Pese a la fiebre por dicho álbum, admitiré que no les seguí la pista y he aquí que, en abril de 2017, me vuelvo a topar con ellos mediante una canción, «Girl with a blue guitar» que me vuelve a abrazar aún cuando suenen más autóctonos (punto para mí por apertura de miras). Haceos un favor y escuchadla, gente.

8.- Los Punsetes: «Humanizando los polígonos». Creo que fue Luisbe el que me dijo que escuchara lo nuevo de Punsetes cuando salió el primer adelanto, ¡Viva! Y, la verdad, esa canción me dejó un poco frío. Quizá por eso ha sido una agradable sorpresa este «Humanizando los polígonos». Me ha gustado su letra y reconocer su asentado estilo. Así, sí.

7.- The New Pornographers: «High ticket attractions». No es que sea yo un gran seguidor de los canadienses The New Pornographers pero, de lo poco que los había escuchado previamente, no me esperaba algo como «High ticket attractions». Preveía algo más lánguido e introspectivo y, sin embargo, esto es un hit festivo y lúdico que al principio me dejó un poco así pero que, a medida que lo escucho, más me engancha. Si mañana tuviese que poner música en una fiesta para una audiencia con gusto, caería seguro.

6.- Cold Beat: «Thin ice». Primera noticia sobre este grupo, Cold Beat. Banda de San Francisco, hacedores de un post-punk clásico (si es que ese adjetivo se puede asociar a esa etiqueta) con tres discos en el mercado, siendo «Chaos by invitation» el último y al que pertenece este pedazo de hit que es «Thin ice», mi sexta canción favorita de abril de 2017. Apuntados quedan.

5.- Green Peppers: «Angel Angel». Cuando hace unas semanas me compré el LP de The Lunar Laugh decidí adquirir algo más del catálogo de You are the Cosmos, el sello de Pedro Vizcaíno. No sé si lo hice porque así abarataba gastos de envío o por mero afán descubridor. El caso es que indagando entre la oferta disponible en la citada escudería, me llamó rápidamente la atención la referencia de Green Peppers titulada «Retrospectively yours»: proyecto recopilatorio de Jim McCulloch, experimentado colaborador con un montón de bandas de la escena pop independiente escocesa (ahí están los nombres de BMX Bandits o The Soup Dragons, entre otros) El caso es que lo cogí y el acierto no pudo ser mayor. Una magnánima obra de orfebrería con muchas canciones llamadas a convertirse en favoritas como (sobre todo) «Shabby Horses» o «Carry me away» o este «Angel Angel».

4.- Rinôçérôse: «Back to basics». El título de este tema viene al pelo. A mí me han retrotraído a cuando me enfebrecieron con aquel discazo que fue «Installation Sonore», quizá el más electrónico de la discografía del matrimonio de psicólogos de Tolouse Florian Brinker y Patrice Carrié. Y eso: que yo fui fan de ellos cuando se tiraban más al beat que a la guitarra y ahora vuelven a los básicos, vuelven a parecerse más a sus compatriotas Daft Punk que a otra cosa, mariposa. No sé si el resto del disco al que pertenece, «Angels and Demons» discurrirá por esos pagos y, a decir verdad, me da pereza comprobarlo pero bueno, de momento bienvenido sea este «Back to basics».

3.- Crescent: «Get yourself tidy». El contraste entre el número 4 y el número 3 de mi lista de temas favoritos del mes de abril no puede ser más acusado. De la electrónica zapatillesca de Rinôçérôse a la tranquilidad y el sosiego de este, para mí, descubrimiento que es Crescent. Entre la canción de autor, el folk-pop, el rock deudor de Lou Reed… en fin, no sé qué más retahíla de tópicos puedo decir… mira, hagamos una cosa: escucha este «Get yourself tidy» y tú me confirmas si es o no es una absoluta gema y un hallazgo maravilloso. De nada.

2.- DBFC: «Sinner». Van un mancuniano y un parisino, se unen bajo las siglas DBFC y se sacan un pedazo de tema titulado «Sinner» que a este que escribe le pone tonotorrón porque se acuerda de cuando les ponía a sus amigos en la lonja cosas como Spiritualized o Death in Vegas y le decían que esa era música como para ir de pedo o algo así… Ay, no sé, chico, a mí este tema me ha enfebrecido. Pero mucho, eh.

1.- Triángulo de Amor Bizarro: «Vuelve conmigo a Italia». Y el oro del mes de abril es para quien se tiene que llevar siempre el oro. No me extenderé mucho porque leas por donde leas está ya todo dicho. O sea, nos quedamos con una sentencia 100% cienfebresca y aquí paz y después gloria (si lo piensas, esa expresión podría ser el título de un nuevo tema o disco de nuestros protagonistas): Triángulo de Amor Bizarro son, a día de hoy, la banda más especial de España. He dicho. Y esta revisión que hacen del «Vuelve conmigo a Italia» de Hidrogenesse es ya uno de los himnos de 2017 y, en mi opinión, le da sopas con onda a la original.

Mi cosecha 2016. Los discos.

¡Felices Listas 2016! Sí, como cada año, en estas fechas, nos paramos a recopilar lo que más nos ha gustado o más hemos disfrutado en cuanto a discos, libros, películas o recetas de cocina, qué sé yo. Y lo hacemos, claro, con el fin último de mirarnos al ombligo, de postularnos como poseedores de una opinión (una verdad, nuestra verdad) respecto a productos culturales o de otra índole y, al fin y sobre todo, para sugerir y compartir títulos que puedan servir a otros y, en el caso de que juguemos a esto como receptores, para descubrir de una tacada cosas que se nos han escapado… Muy divertido todo, ¿verdad?

Luego podemos hablar de cómo se elaboran las susodichas. Leía un post de Joserra Rodrigo en el que decía que él no está de acuerdo en categorizar estas listas mediante un formato “top”, es decir, ordenadas de menos mejor a más mejor, por decir algo. Lo argumentaba exponiendo que, al final, todos y cada uno de los, en este caso, discos que apuntaba en su repaso a 2016 le habían emocionado de alguna manera y que estas emociones no pueden o no deben cuantificarse o diferenciarse entre sí. Compro. Acepto el razonamiento pero también creo que, entre lo apuntado, siempre hay cosas que llegan más, que emocionan igual pero, quizá, con distinta intensidad… o, volviendo al primer párrafo, diré que compro pero que me resulta más divertido culminar el listado con un podium, etcétera… y si hacemos esto (o al menos yo lo hago) es, insisto, para divertirnos, generar cierto debate y demás.

Va, hasta aquí. Cierro ya esta extensa introducción y doy paso a mi cosecha 2016 en lo que a discos se refiere. Este año son doce los álbumes seleccionados, discos que, en su gran mayoría, han acabado en el estante de mi discoteca doméstica (indicador decisorio aunque también los hay que he comprado y no aparecerán y otros que aparecen y no he adquirido), discos que he escuchado en mayor o menor medida y que, haya escuchado más o menos, por la razón que sea, han acabado cautivándome emocionalmente. O sea, lo de siempre. Venga, va, ahí van… Espero vuestras reacciones.


12.- LEON BENAVENTE: 2

Admito que la fórmula de este segundo trabajo de los León Benavente no me cautivó en principio (¿un abuso de algo parecido al “spoken word”? WTF!) pero he de admitir también que, como me ha pasado muchas veces (y me seguirá pasando), un concierto basado en dicha obra acaba llevándome a verlo de otra forma. Y, de esta forma, tras flipar con el directo que ofrecieron en la pasada edición del Bilbao BBK Live, mi consideración hacia este “2” varió hasta tal punto de incluirle en el puesto duodécimo de mi cosecha 2016.


11.- TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO: “Salve discordia”

Me siguen pareciendo una de las mejores cosas que le ha pasado al pop español en los últimos años y me reafirmo en esa opinión con cada nueva entrega de los gallegos. “Salve discordia” es un discazo con la intensidad y la suciedad marca de la casa y con hits tan redondos como el sinlge “Baila sumeria”. Y ya.


10.- THE LAST SHADOW PUPPETS: “Bad habbits”

Habida cuenta de que su anterior trabajo, “The age of the understatement”, me parece, ATENCIÓN, uno de los mejores discos de lo que llevamos de siglo XXI, las expectativas con las que aguardaba el regreso de Turner y Kane eran elevadas y, por tanto, como suele ocurrir en estos casos, no han sido alcanzadas. A pesar de ello, este “Bad habbits” sigue manteniendo una línea lo suficientemente elegante y evocadora como para ser destacado. Y, ojo, que no he metido su reciente EP, “The dream synopsis”, por el formato y por destacar el LP pero cabría perfectamente como gran fruto de la cosecha.


9.- PJ HARVEY: “The community of hope”

Amigos puristas del rock, yo os confieso: soy más de la Polly Jean desde “Stories from the city, stories from the sea” en adelante que de sus trabajos anteriores. Una Harvey más introspectiva, profunda, susurrante, que expresa su rabia de forma más sutil. Esta nueva PJ alcanzó, sin duda, el culmen con su disco anterior, “Let England shake” pero el álbum que ha sacado este año no le va a la zaga. No deja indiferente y emociona intensamente y con eso es más que suficiente. Y, aparte, ¿es “The Wheel” una de las canciones del año? Yo diría que sí…

8.- TELEGRAM: “Operator”

Uno de los descubrimientos del año. Llegué a ellos porque formaban parte del cartel del festival Bilboloop y, picado por la curiosidad, me los busqué en Spotify y, pensando en encontrarme con algo así como más, digamos, moderno, cual fue mi sorpresa al encontrarme con un disco que parecía del 78, que sonaba a Buzzcocks, a Undertones y toda la pesca. Un disco que me ha encantado, me ha divertido y que podría sonar (como de hecho suena) en eventos como Bilboloop pero también tendría cabida en garitos netamente underground como El Tubo de Baraka. Muy dabuti.


7.- THE DIVINE COMEDY: “Foreverland”.

Hay dos nombres en este listado que, aunque hubiesen hecho discos mediocres, seguramente habrían seguido apareciendo porque uno es demasiado fan de ambos. Uno lo vemos luego y el otro es Divine Comedy, esto es, el puto amo de Neil Hannon. De hecho, reconozco que “Foreverland” no va a ser mi disco favorito de los irlandeses pero su teatralidad, su pop dandi, sus arreglos y el buen rollo que destilan lo siguen situando muy por encima de los trabajos de mogollón de gente. Si a esto le añadimos que el concierto que ofrecieron en el teatro del BIME ha sido uno de los mejores directos que he visto este año, pues queda todo dicho.


6.- DMA’S: “Hills end”

Tan habitual como comprar polvorones o las cenas de empresa en diciembre está, en mi caso, el acto de incluir una dosis de britpop clásico en mis listas de lo mejor del año. Es mi sub-género favorito, quizá porque se afinca al recuerdo de mi cada vez más lejana adolescencia, y, por lo tanto, cada vez que aparece algo por ahí en esta onda (con un mínimo de calidad, se entiende) lo devoro y disfruto. Este curso, de hecho reitero la dosis con unos mozalbetes australianos que también formaron parte de mi cosecha de 2015. Los DMA’S son, a día de hoy y en mi humilde opinión, los mejores homenajeadores a los parámetros que me conquistaron a mediados de los 90 y, sólo por ello, a mí ya me tienen ganado.

5.- FRANK OCEAN: “Blonde”

Estas cosas me flipan. Escucho aleatoriamente una de esas listas que genera la plataforma Spotify en base a los gustos de uno y, de repente, suena algo que, a priori, está muy alejado de los estilos que suelo degustar. Y me flipa porque, de repente, eso que suena me flipa, me encandila, me sorprende, me resulta llamativo y me lleva a escuchar no sólo la canción que clama mi atención sino el disco entero en la que aparece y el disco entero me parece estupendo. Y estamos hablando, amigos, de un tal Frank Ocean (que me sonaba de ser uno de los nombres más aclamados en las publicaciones musicales más in de los últimos años), tipo al que se le mete en el saco del hip-hop (¿yo escuchando hip-hop?) aunque yo advierta guiños soul, gospel y demás rasgos negroides a los que puedo estar más acostumbrado… E insisto, me encanta y me encanta que me encante algo así… Y no recordaba que me pasase algo así desde el “Endtroducing…” de DJ Shadow… Y eso, que “Blonde” me parece uno de los trabajos más bellos de 2016.


4.- TEENAGE FANCLUB: “Here”.

Este es el otro que os decía hablando del disco de Divine Comedy. La banda a la que le habría incluido aunque su nuevo disco hubiese sido furruñé. Pero, claro, en este caso, jugaba sobre seguro: ¿cómo los enormes Teenage Fanclub van a hacer un mal disco? IM-PO-SI-BLE. Son los orfebres sencillos, majos y simpáticos que transmiten belleza, emotividad, buen gusto y cuyos discos se pone uno casi a diario. El otoño de 2016 ha sido el mejor otoño en años gracias a “Here” y su portada es, sin lugar a dudas, la más bonita del presente curso. Ay, qué ganas de verles el próximo 24 de febrero en el Antzoki.

3.- DAVID BOWIE: “Blackstar”

No va a ser mi disco favorito de Bowie. De hecho, confesaré que analizándolo desde un punto de vista estrictamente musical, quizá ni siquiera le habría incluido entre mis cinco favoritos del año. Entonces, ¿por qué “Blackstar” se lleva mi bronce de 2016? Elemental: porque este disco se convierte en el epílogo perfecto a la vida de un artista TOTAL; la rúbrica sonora perfectamente adaptada al momento que el propio David Robert Jones identificó como el de su final, al que quiso dotarle de una banda sonora oscura, de un réquiem solemne y experimental, por momentos siniestro aunque con atisbos luminosos y esperanzadores… En definitiva, ¿cómo no?, ¿cómo no voy a valorar como se merece un acto así?


2.- THE BRIAN JONESTOWN MASSACRE: “Third World pyramid”

De cabo a rabo. De principio a fin. Del primer segundo al último. Si alguno de los discos que aparecen en esta lista fuesen analizados por la redondez de su conjunto, sin más elementos en consideración, este trabajo de The Brian Jonestown Massacre se llevaría la palma. ¡Qué intensidad!, ¡qué enganche he tenido (tengo) con él! ¡Qué ración de rock lisérgico más bien digerida! En fin, que todo son alabanzas para cada uno de los nueve cortes (“Government beard” quizá sea mi canción del año) de este trabajo, de este grupo al que, hasta ahora, no le había prestado excesiva atención y del que ahora ando revisando toda su discografía. Si está aquí, en el segundo escalón del podium, es porque esta es la lista de Cienfiebres y este álbum me ha enfebrecido. Enorme.


1.- THOSE PRETTY WRONGS: “Those pretty wrongs”

Pero el disco de 2016, para mí, es éste. El más bonito. El más Beatle. El más delicado. El más elegante. El más emocionante. El más sugerente. El que más he escuchado. El que más ha gustado en casa. El que más he recomendado. El que he regalado. El que me ofreció la posibilidad de disfrutar de uno de los conciertos más guapos del año. El que me ha hecho redescubrir a Big Star. El más amable. En el que la mayor parte de la gente cuyas opiniones musicales respeto y admiro ha coincidido. El mayor descubrimiento del año. El disco. El disco del año: “Those Pretty Wrongs” de Those Pretty Wrongs. Que me callo ya y que lo escuches. De nada.

PD: ha habido otros discos que me han gustado y que recomiendo encarecidamente pero que se han quedado fuera de la lista por poco. Por ejemplo los últimos de: Suede, Parquet Courts, WAS, Novedades Carminha, Kokoshca, Michael Kiwanuka, Franco (¿es “Neoliberal” una de las canciones del año?, ¿debería hacer una lista con las “Canciones del año”?), Quique González, Is Tropical, The Hinds, Wilco, Allah-las, Dodgy, Los Wallas, Dr. Maha’s Miracle Tonic (aunque éste aún no lo he escuchado)…

8 de marzo. Mi Banda Sonora.

Al escribir el título he caído en la cuenta que hoy, 8 de marzo, mi banda sonora debería tener protagonismo femenino. Es decir, admito que retomar esta sección, justo hoy, ha
sido mera casualidad y que no he vuelto, justo hoy, a contar mis escuchas y mis motivaciones para llegar a las mismas por el hecho de que hoy sea el Día de la Mujer.

Por otra parte, después de tanto tiempo sin actualizar este diario (que de diario no tiene nada) he de echar la vista atrás y dado que el último post que le dediqué es del 14 de
enero y son muchas las cosas que he escuchado desde entonces, sí que puedo intentar hacer un filtrado en clave femenina aprovechando la fecha.

Veamos…

Lo nuevo de Triángulo de Amor Bizarro. “Salve discordia”. Está que te cagas. Especialmente, me gustan las canciones en las que la voz protagonista es la de ella, la de Isabel Cea.

Ayer mismo, me pegué en casa dos escuchas a los dos LP’s de Aries, «Magia bruta» y «Mermelada dorada», motivadas tras haber degustado el adelanto que Isabel Fernández Reviriego ha presentado hace escasos días del que será su tercer disco, «Adieu or die», una canción titulada «Eclipse total» en la que la ex Charades nos vuelve a deleitar con sus juegos psicodélicos y sus devaneos digitales.

Estas jornadas lluviosas e invernales me parecen idóneas para revisar la discografía de Belle & Sebastian. De hecho, así lo hice hace una semana o por ahí. ¿Qué qué guiño a la mujer tiene escuchar a la banda escocesa? Bueno, recordemos la siempre maravillosa presencia de Isobel Campbell en muchos de los temas de Murdoch y compañía… (¿cogido un poco por los pelos? Quizá)

También he revisitado, vía Spotify, el disco de Courtney Barnett que, como recordaréis, fieles seguidores y seguidoras cienfebristas, fue uno de mis títulos de 2015. Una artista a la que espero poder disfrutar en la próxima edición del Bilbao BBK Live.

Recuerdo que no hace mucho me puse el «Oh Baby» de Big John Patton. Sí, el hacedor de tan tremenda joya de bop es un hombre, ya, pero la prota de la portada (en la imagen) tiene rostro de mujer (otra vez un poco en la muga, ¿no?)

Más que nada porque, aunque ahora no lo recuerdo con nitidez, puede que en casi dos meses haya escuchado cosas como Elastica, Brand New Sinclairs (con frontwoman al frente), Las Supremes o Las Flirtations, Tina Turner (acompañada de Ike), Klaus & Kinski, Sharon Jones… Etcétera. Lo que es seguro, como decía, es que las mencionadas antes de este párrafo sí han formado parte de mi banda sonora en las últimas semanas y lo que es seguro es que muchas otras mujeres protagonizarán mis futuras bandas sonoras, como protagonizarán o me acompañarán en otros muchos aspectos de mi vida.

Con todo, hoy, 8 de marzo de 2016, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, vuelvo a sentarme a compartir mis audiciones musicales, haciendo un humilde (y quizá tonto) homenaje a todas ellas. Buenas tardes.