7 de julio. Mi Banda Sonora.

Más allá de que ayer me pusiese tontorrón rememorando el 4 de julio de hace seis años, el 4 de julio de 2015, si no recuerdo mal, sonó exclusivamente el «Modern Vampires of the city» de Vampire Weekend en el coche. El domingo, en casa, sonó únicamente el disco de Elia y Elizabeth.

Ayer lunes y hoy martes, he sufrido una fiebre que, por supuesto, derivará en adquisición discográfica. El «Asfixia» de Disco Las Palmeras! me ha atrapado, me ha enganchado y lo he devorado durante estos dos últimos días a través de Spotify. Un pop sucio, desarrapado y descarnado, psicodélico y extremo que emparenta, por momentos, muy bien con sus paisanos Triángulo de Amor Bizarro y que me ha hecho cambiar para bien la percepción que tenía hacia esta banda a la que escuché con alguno de sus trabajos anteriores los cuales, entonces, me parecieron un auténtico turre.

También estos dos días me he dado un par de escuchas más a los madrileños Terrier, practicantes de una especie de punk o una especie de pop que también entronca muy bien con este post que escribió el maestro Holden, pero, como decía, la fiebre se ha quedado en Galicia.

En todo caso, escuchar a estas bandas me ha llevado a reflexionar en modo egocéntrico (claro) y pensar en cómo hace unos años, cuando no parábamos de recibir maquetas de pequeños grupos en la redacción de LFA, pasaba de ellas o me daba pereza ponerme a escucharlos y ahora, sin embargo, me apetece andar descubriendo la escena más, digamos, underground o un poquito underground. Algo que, en cierta forma, resulta un tanto contradictorio desde un punto de vista, digamos, evolutivo. Vamos, que se supone que uno ya no tiene edad para estas cosas y sin embargo… Pues eso.

En fin, que mejor dejo estas diatribas para un artículo más extenso (no, seguro que no lo haré) y vamos cerrando ya esta edición de mi banda sonora de hoy, 7 de julio, día de San Fermín, de 2015, que ya va siendo hora y esta gente seguro que se quiere ir a dormir a su casa.

17 de junio. Mi Banda Sonora.

Sí, he tenido un poco abandonado el blog estos días. Cierta intensidad en el curro, actividades paralelas varias, compromisos personales, ocio, familia, etcétera. Diversas ideas apuntadas en la libreta sobre las que escribir pero sin tiempo para sentarme a ello.

Para escuchar música sí he tenido tiempo, claro. Dado que son varios los días que habría que reflejar en Mi Banda Sonora y dado que mi memoria no me permite recordar con detalle todo lo que he escuchado, no me extenderé en demasía.

Ha habido soul. Me he puesto en casa dos recopilatorios del género que adoro: el «Shoes» y el «Club Soul», ambos del sello Kent. Esta elección no sé si ha venido motivada por la inauguración del Hot Buttered Soul Club del que ya os hablé y al que, sin embargo, no asistí.

Sí tuve la suerte de asistir el sábado por la mañana a La Casa de Atrás y poder adquirir un ejemplar firmado de «Chap Chap», nuevo libro de Kiko Amat que nos dedicó a Nicolás y a mí. El autor catalán presentaba esta obra en nuestra tienda favorita y, aunque no nos pudimos quedar al acto en sí, estuvimos un rato allá, con Carlos poniendo unas canciones guapas que motivaron que, por ejemplo, al llegar a casa me pusiera el disco «The Acid House Album» de Biff Bang Pow.

El domingo pillé dos singles en la Plaza Nueva de Bilbao (en la foto). Uno de Les Surfs y otro de Víctor Manuel. Sí, de Víctor Manuel. Hacía siglos que no acudía a este espacio una matinal dominical y, por ende, a los numerosos puestos dedicados al intercambio coleccionista. Me acuerdo que de chaval iba a pillar pins de fútbol. Sí, me dio por ahí. Igual algún día lo cuento detalladamente.

¿Y qué más? No sé… Pasemos directamente a hoy y diremos que he escuchado en Spotify un disco realizado, editado e interpretado en España pero que bien podría haber nacido en cualquier factoría soul yankee. Son The Silverbacks con un tal David Hooper. Me ha parecido una auténtica maravilla dentro del género. Decir que lo he descubierto a través de la revista Enlace Funk, publicación que he comprado por primera vez, atraído por el hecho de que publicaban 50 discos de música negra imprescindibles. Y como a mí me gustan ese tipo de chorradas, pues eso. De esa lista, precisamente, luego me he puesto el disco en directo de Sam Cooke, «Live at the Harlem Square Club» y luego ya, ante tanta sobredosis negroide, pues un poco de ese pop guarrete que hacen Terrier y un poco del britpop vía Superfood.

Y ale, ya… A ver si me siento en breve a comentar, qué sé yo, la polémica sobre lo del tipo de los tuits que ha dimitido en Madrid o paso a compartir mi fiebre guerracivilista o a hablar del Baraka o de nada, mejor nada, mejor sigo aletargado y os dejo tranquilas y tranquilos y yo también me quedo así… O no… O… Arf, arf, arf…

Y así, amigas y amigos, os he venido a relatar lo que ha sido mi banda sonora de hoy, miércoles, 17 de junio de 2015, además de algunos trazos de días anteriores.

10 y 11 de junio. Mi Banda Sonora.

Ayer acabé agotado y no rellené la página del diario correspondiente al 10 de junio. Esa que empieza por Mi Banda Sonora y no por Mi Querido Diario. Bueno, al turrón.

Acabé cansado porque la jornada comenzó a primera hora de la mañana con una reunión de trabajo a la que estábamos convocadas siete personas y sólo aparecimos tres. Los ausentes justificaron su ausencia. Todos menos Edu. Bueno, en realidad, Edu no faltó si no que llegó tarde por atender una urgencia. Tomé con él, pues, un café. Ir con Edu Twobaskos a tomar un café a determinados garitos empieza a implicar que le reconozcan gracias al apellido que le he puesto. Y así, gracias a ser uno de los Twobaskos, el camarero del bar y nosotros iniciamos una amena tertulia musical en la que, no recuerdo cómo, apareció el nombre de Terrier y la encarecida recomendación de que los escuchase, reforzada con un «a ti te van a molar». Y sí, así fue. Varias veces me escuché a lo largo del día de ayer los dos discos de estos mozalbetes madrileños. Que alguien les traiga a Bilbao, va,

Y ya, por la tarde, ya en casa, pusimos el LP de Los Cheyenes.

Hoy. No me pregunten cómo me he despertado con la intención de poner el CD «()» de Sigur Ros y en un requiebro mental y estilístico he acabado sustituyendo a los islandeses por el «Gotham te necesita» de los Airbag. ¿Mi explicación? Un onírico estado me llevaba a los mantras nórdicos hasta que Nicolás me ha hecho despertar y entonces he necesitado pildorazos rápidos y, por momentos, abrasivos. Joder, «La bomba de neutrones» levanta a los muertos.

Antes de salir de casa, el cartero me ha traído a casa el disco de Django Django (en la foto) y me ha dado de poner un par de temas en el plato para luego continuar escuchándolo a través de Spotify en el metro.

Por lo demás, dos canciones para acabar la banda sonora de hoy: «Algo más» de Los Zooms y, sobre todo, este bestial tema de unos tales The Fairytale, titulado «Guess I was dreaming». Ambos descubiertos en una lista de reproducción en Youtube que se ha currado Carlos, el de La Casa de Atrás, que se llama LCDA FANTASRADIO 7. Luego he buscado a esa banda en Spotify y sólo he encontrado una referencia de ellos en el recopilatorio «The Psychedelic Scene» que he acabado por engullirme entero.

Y estas, amigos, han sido mis bandas sonoras de los días 10 y 11 de junio, miércoles y jueves respectivamente, de 2015.