Nunca podré considerarme cinéfilo. Ni lo pretendo. Aunque me fastidie. Quiero decir que me gustaría serlo. Bueno no sé si cinéfilo. Quiero decir que me gustaría ver mucho cine, muchas pelis de diferentes nacionalidades, de muchos géneros, ver y reconocer clásicos del séptimo arte. Y lo quiero por la sencilla razón de que ver una buena película me satisface mucho. Me proporciona mucho placer. Y, sin embargo, me cuesta encontrar un hueco en mi día a día para tal actividad. Y si no hallo ese momento es, en muchas ocasiones, por pura vagancia. ¿Cuántas horas habré dedicado este año a ver contenidos televisivos absurdos?, ¿cuánto tiempo he pasado navegando sin rumbo en internet, viendo el Facebook una y otra vez?
Pues eso, que no veo todo el cine que me gustaría. Este año podría haber usado la excusa de Nicolás para justificarlo pero, siendo sinceros, el niño es un bendito que siempre nos deja la noche libre para, por ejemplo, eso, ver una peli, actividad que, echando la vista atrás he practicado, durante este 2014, en ocho ocasiones, si mi mala memoria no oculta alguna otra (lo cual, por otra parte, significaría que no es ni tan siquiera reseñable). O sea, que ni una por mes… Lamentable. En fin, en la típica tarea de fin de año de marcarse propósitos, tendré que remarcar para 2015 la de ver más cine. Del bueno, si es posible. Hasta entonces, os dejo mi cinematográfica Cosecha 2014 que, como en el caso de los libros, no recoge los filmes que se han estrenado este año si no las (ocho) cintas que he tenido la oportunidad de ver. Ahí van, por orden cronológico…
‘Doce años de esclavitud’. Steve McQueen. Interesante. Cruda. Con una gran historia (la de su protagonista, Solomon Northup) que, a su vez, repite, por la forma en la que está rodada, el esquema clásico de este tipo de argumentos basados en la superación frente a las más crueles adversidades. Está bien, sí, aunque, en vista de sus reconocimientos (y de lo que me impresionó ‘Shame’, anterior film de su director), esperaba algo más. ***
‘El Crack’. José Luis Garci. Cuando en 2013 falleció Alfredo Landa, vi a mucha gente manifestar sus loas por el personaje de Germán Areta. Cuando este año, 2014, he visto ‘El Crack’ he entendido perfectamente dichos parabienes. Negritud máxima y protagonista de esos de los que te harías una camiseta con su rostro. Mi percepción hacia José Luis Garci cambió. ****