Un tanto extraña la sensación extraída del mes de abril. Poca fiebre. Poca gaita. Poca hostia. No sé. El caso es que luego, algo hay por ahí. Pero con poca intensidad. Habrá sido la semana santa que ha invitado a la introspección y a la pitanza. Ahí me he emocionado/enfebrecido más. Algún día, quizá, abra una categoría nueva en el blog. Fiebre Gocha o Fiebre Glotona. O algo así. No sé. Habrá sido el mosqueo con la situación del Baraka. Fiebres negativas, como la amarilla. La fiebre amarilla (y negra) que me tiene negro. Igual otro día me animo a volver a escribir sobre ello, no sé, en plan terapia. Cagüenriau… vaya panorama.
Pues eso, poco tema en cuanto a las fiebres musicales, en cuanto a la banda sonora de abril. Menos mal que sigo tirando de libreta. Así que a ver, esto es lo que hay…
Real State. Derivado del último disco de los americanos, «In mind» (fiebre de marzo), un par de días me dediqué a escuchar concienciada o concienzudamente, no sé, este trabajo y, especialmente, “Atlas”, el álbum anterior. Todo para concluir que este, Real State, es un proyecto al que seguir siguiendo, valga la redundancia, y que “Atlas” es favoritísimo.
The Lunar Laugh. ¡Qué cosa más bonita! «Mama’s boy» es otro de los trabajos que compusieron la banda sonora de marzo y que vuelven a componer la de abril. De esos discos de darle al “repeat” en varias canciones. De esos discos que le gustan a la dueña y que me pide que vuelva a poner en el coche. ¡Qué cosa más bonita!, insisto.
Ruper Ordorika. Me preparé un café americano para escribir una redacción en euskera y, cuando me iba a poner un disco de Benjamin Biolay, me puse el último de Ruper Ordorika, así como para ambientarme y tal. Y me encantó, oiga. Pero mucho, eh. Yo que, admito, poca música en euskera he escuchado a lo largo de mi vida, este «Guria ostatuan», me ha parecido una cosa soberbia. Luego, todo esto, lo tuiteé en castellano cervantino, of course.
The Railway Children. Me estoy leyendo el libro “Café Celestial”, escrito por el cantante de Belle & Sebastian Stuart Murdoch. No negaré que me está decepcionando un poco esta especie de diario del escocés. Pero bueno, al menos, me he creado una lista en Spotify con las muchas canciones que en él menciona y, entre ellas, me topé con este «Brighter» de The Railway Children. Clásico corte de pop independiente británico de la década de los 80, de estas bandas que jugaban en la segunda división del pop british y que inmediatamente guardé en mi carpeta mental de “Favoritos” y que me llevó a escuchar el disco entero, «Reunion Wilderness», al que pertenece y querer hacerme con él, claro.
Robyn Hitchcock. No sabía si ponerlo aquí o en la segunda parte de esta absurdez que escribiré mañana o pasado o al otro y que dedico a las canciones descubiertas y editadas este año. No sé, ya veré si lo pongo en las dos entradas o no. Pero, sea como fuere, sirva todo esto, en todo caso, como indicador febril, como señal inequívoca de que el disco con el mismo título que el nombre de su autor es, atención, el disco del año. Toma, ahí va una declaración propia de este espacio y ahí uno más de los increíbles cortes del disco.