13 de julio. Mi Banda Sonora.

Hacía mucho que no me corría una juerga. Una juerga con mis amigos de siempre. En Barakaldo. Una juerga que se desarrolla casi en su totalidad en el mismo bar. El glorioso Panorama (algún día he de dedicarle un texto en exclusiva). Bar al que entras de noche y sales de día. El sábado tuvo lugar la susodicha y hoy aún queda resaca física y también musical. Emocional, incluso.

Así, dado que ayer uno no tenía cuerpo ni para poner un disco, esta mañana hemos ido resarciéndonos. Por ejemplo, con el «Persecución» de los Pistones. Javi, pincha discos oficial de la noche que, amablemente, atendió la práctica totalidad de las peticiones que le hicimos, puso, en un momento determinado, el «Pistolero», hit más conocido de la mencionada banda, canción que originó que Rober y yo entablásemos una tertulia beoda al respecto de este disco. Discazo que, además, adquirí hace apenas unas semanas en Cáceres y que, efectivamente, es magnífico.

Gabinete Caligari también protagonizó buena parte de la banda sonora de la noche en el Panorama. También tertulias con Sergio, aunque recuerdo más una con él respecto a macrofestivales de precios desorbitados y otra sobre Mikel Erentxun y Duncan Dhu. Gabinete Caligari, decía. Es por ello que, al llegar al curro, me haya puesto, a través de Spotify, «Cuatro rosas y que Dios reparta suerte».

También derivado del sábado pero ya no por la farra, me he puesto a Vintage Trouble, banda que actuó dicho día en el Bilbao BBK Live y sobre la que recibí un par de mensajes que me arengaban a verla. Sus remitentes no sabían que este año no he subido a Kobeta. Ante ello, pues sí, me he puesto al enérgico combo que, sin duda, serán abrasivos en directo pero que en disco – al menos su álbum «The bomb shelter sessions» – tampoco me ha cautivado tanto.

Por último, los Granadians del Espacio Exterior. Tienen nuevo disco, «La onda cósmica», y aunque el rollo jamaicano rocksteady que practican habitualmente me cansa, este álbum me ha parecido muy llevadero, muy fresco y muy gustoso. Sin duda, no será la última vez que lo escuche este verano.

Y esta, camaradas, ha sido mi resacosa banda sonora del 13 de julio, lunes, de 2015.

29 de junio. Mi Banda Sonora.

Hola. Qué tal.

Una semanita de vacaciones, sí. Muy guay y eso. Regresamos. Pero poco a poco. Con cosas en la cabeza que me gustaría compartir y que, finalmente, no haré. O sí. Ya veremos.

Cáceres, el pueblo y Castro.

En Cáceres y en el pueblo, con mi tía, con mi prima, mi querida Judith, con Julia, Noelia, Belén y tal. Una visita muy familiar. Un viaje que me apetecía. Me apetecía conectar con la tierra de mis padres. Otra vez. Visitar, por ejemplo, el palacio de Mayorazgo donde sirvió mi ama o ver los secarrales adyacentes al pueblo que, a buen seguro, le tocaría currar a mi padre antes de subirse para acá.

Y el ambiente de Cáceres. Sus bares (El Corral de la Cigüeña, el Bogaloo) y sus gentes. Y su tapeo y sus tostas y su patatera y su queso y sus cañas y su gente, again.

Unos días por aquellos territorios que me apetecía hacer con Nicolás (y con Ana, of course), que se lo ha pasado teta en la capital extremeña y en el pueblo (aunque ahí ya cuando cayó un poco el fuego que emanó ese día) y que ha conquistado a toda la gente que ha conocido.

¿Y la banda sonora de esos días? La ya clásica C86 del coche. Y los discos comprados en la tienda Keramidas. Unos singles de Fairfield Parlour y de los Creation. Unos LPs de Los Huracanes y Pistones. Y Rafa, su responsable, colega de mi prima, un tío majo, con proyectos guapos (dos sellos discográficos – Sunny Day Records y Sweet Grooves Records – y un club de amigos para organizar bolos) y replicables por estos lares, que acabó regalándome dos referencias de sus discográficas: un EP de Súper Cadáver y un LP de unos daneses que les va el rollo costa Oeste o Beach Boys que se llaman Surf School Dropouts. Tienda guardada como favorita y que, obviamente, habrá que volver a visitar en futuras visitas a Cáceres.

Y Castro. Comenzamos ya la temporada de playa, de cañita en la Cierbanata y de vermú en la terraza o bordillo en el Alfredo. Y de jalada inaugural del estío 2015 en el fantástico El Túnel de Mioño. Han faltado, eso sí, las sardinas y el bonito de La Perla aunque bueno, queda todo el verano por delante. Y el «m b v» de My Bloody Valentine sonando en el coche en los cortos desplazamientos por la localidad marinera.

Más que banda sonora la cosa ha quedado como un resumen exprés de mis primeras vacaciones 2015. Sea como fuere, sed bienvenidos de nuevo a esta vomitorio cienfebrista.

Y ésta ha sido, más o menos, mi banda sonora vacacional que sirve para confeccionar la de hoy, lunes, 29 de junio de 2015, día en el que sí, por ejemplo, ha sonado ese «Persecución» de los Pistones adquirido en Cáceres.