Egorecopilatorio Febril Estival 2018 – IV

De la Fiebre Pop o categoría en la que recojo escritos sobre discos, canciones, conciertos y demás.

Los Kinks. Sin duda, la gran fiebre musical del verano. Le debo una Banda Sonora en Cienfiebres a la banda de los Davies. Pero esperaré a ello en el momento en que acabé «Atardecer en Waterloo», la completa obra dedicada al grupo británico firmada por Iñaki García y Manuel Recio, principal detonante de la febrícula kink.

Stereolab. Porque sí, porque siempre están ahí. Porque les puedo escuchar de casualidad o no y, cuando eso sucede, me lleva a leer cosas sobre la banda, a buscar discos, singles, camisetas o pegatinas. Y eso ha pasado en varias ocasiones este verano que se nos va.

Tomorrow. Porque me reencontré con una canción alucinante (la del vídeo que encabeza esta entrada), como es «On a Saturday» de Keith West y la temperatura se elevó considerablemente, llevándome a enfebrecer con dicho artista y su banda, Tomorrow, etcétera.

Dan Penn. Porque el 6 de octubre esta figura del soul arribará en Bilbao. Y todo el mundo lo vive como un hito imperdible. Y allí estaremos. Pero, hasta este verano, más allá de que me sonase su nombre, yo desconocía la obra de este hombre, algo a lo que le hemos puesto remedio haciéndome con un CD con sus canciones en Fame, disco que, si duda, ha sido el que más hemos escuchado en el coche estas vacaciones.

Hablando de conciertos. No fui a My Bloody Valentine en Kobetamendi. Snif. Es lo que más me duele de todo lo que me haya podido perder este verano. Por ello, no sigamos por ahí. No negaré también, que me hubiera gustado disfrutar más del Festibar de Barakaldo. A ver si el año que viene me lo monto mejor. Y, por último, para un concierto que iba a ir, al de Liam Gallagher en Aranda de Duero, con lo que me costó organizarme el desplazamiento desde Azagra, en el momento de ir a coger la entrada, oh, agotadas. En fin. Esperemos resarcirnos, como ya he dicho, en el Soul 4 Real, en la cita de Dan Penn y los Masqueraders.

29 de junio. Mi Banda Sonora.

Hola. Qué tal.

Una semanita de vacaciones, sí. Muy guay y eso. Regresamos. Pero poco a poco. Con cosas en la cabeza que me gustaría compartir y que, finalmente, no haré. O sí. Ya veremos.

Cáceres, el pueblo y Castro.

En Cáceres y en el pueblo, con mi tía, con mi prima, mi querida Judith, con Julia, Noelia, Belén y tal. Una visita muy familiar. Un viaje que me apetecía. Me apetecía conectar con la tierra de mis padres. Otra vez. Visitar, por ejemplo, el palacio de Mayorazgo donde sirvió mi ama o ver los secarrales adyacentes al pueblo que, a buen seguro, le tocaría currar a mi padre antes de subirse para acá.

Y el ambiente de Cáceres. Sus bares (El Corral de la Cigüeña, el Bogaloo) y sus gentes. Y su tapeo y sus tostas y su patatera y su queso y sus cañas y su gente, again.

Unos días por aquellos territorios que me apetecía hacer con Nicolás (y con Ana, of course), que se lo ha pasado teta en la capital extremeña y en el pueblo (aunque ahí ya cuando cayó un poco el fuego que emanó ese día) y que ha conquistado a toda la gente que ha conocido.

¿Y la banda sonora de esos días? La ya clásica C86 del coche. Y los discos comprados en la tienda Keramidas. Unos singles de Fairfield Parlour y de los Creation. Unos LPs de Los Huracanes y Pistones. Y Rafa, su responsable, colega de mi prima, un tío majo, con proyectos guapos (dos sellos discográficos – Sunny Day Records y Sweet Grooves Records – y un club de amigos para organizar bolos) y replicables por estos lares, que acabó regalándome dos referencias de sus discográficas: un EP de Súper Cadáver y un LP de unos daneses que les va el rollo costa Oeste o Beach Boys que se llaman Surf School Dropouts. Tienda guardada como favorita y que, obviamente, habrá que volver a visitar en futuras visitas a Cáceres.

Y Castro. Comenzamos ya la temporada de playa, de cañita en la Cierbanata y de vermú en la terraza o bordillo en el Alfredo. Y de jalada inaugural del estío 2015 en el fantástico El Túnel de Mioño. Han faltado, eso sí, las sardinas y el bonito de La Perla aunque bueno, queda todo el verano por delante. Y el «m b v» de My Bloody Valentine sonando en el coche en los cortos desplazamientos por la localidad marinera.

Más que banda sonora la cosa ha quedado como un resumen exprés de mis primeras vacaciones 2015. Sea como fuere, sed bienvenidos de nuevo a esta vomitorio cienfebrista.

Y ésta ha sido, más o menos, mi banda sonora vacacional que sirve para confeccionar la de hoy, lunes, 29 de junio de 2015, día en el que sí, por ejemplo, ha sonado ese «Persecución» de los Pistones adquirido en Cáceres.