20 de marzo. Mi banda sonora.

Sí, a pesar de lo vivido en estas últimas semanas, ha habido, afortunadamente, tiempo para escuchar música. No lo ha habido, en cambio, para mantener el diario, este diario, esta (mi) banda sonora. Ni tiempo ni ganas. Hasta hoy.

Hasta hoy, decía, y tirando un poco de memoria, han sonado cosas como los Kinks (el recopilatorio «Singles Collection»), el disco de Allah-Las (ya saben, el mejor álbum de 2014), el «Rock’n’Roll» de Espanto, los CDs del cofre C86 y alguna cosa más que me dejo en el tintero.

Hoy, decía, ha sonado en casa el «Super 8» de Los Planetas. Ayer me regalaron, por el día del padre, el LP de los granadinos. Luego he escuchado a Biznaga, un grupo que todo el mundo pone muy bien y que, ciertamente, escuchándolo un poco por encima, me ha llamado la atención lo suficiente como para que le dedique otra escucha más adelante.

Esta ha sido la banda sonora de hoy, 20 de marzo de 2015, pero, como decía antes, me he dejado alguna cosa en el tintero. El 12 de marzo escuché a Horace Silver. Primero la canción «Song for my father» a través del vídeo que encabeza esta entrada y luego el LP «Horace Silver & The Jazz Messengers» que es el que tengo en casa. Luego quise escuchar «La campanera» de Antonio Molina pero, a ciencia cierta, no sé si esa canción corresponde a ese artista. Sí sé que a mi padre le encantaba esa canción y ese cantante. Lo llevaba de melodía en el móvil.

Y esta, amigos, fue mi banda sonora del 12 de marzo de 2015, día en que falleció mi padre.

9 de marzo. Mi Banda Sonora.

Llevo unos días en los que está emergiendo con muchísima fuerza mi yo fumador. Han sido ya un par de tardes en las que si llego a coincidir con alguien que me hubiese ofrecido un cigarrillo las probabilidades de haberlo aceptado y haberlo devorado serían altísimas. De momento, afortunadamente (¿o desgraciadamente?) no he sucumbido. Por un lado, sería una pena, me digo y me dicen, recaer cuando llevo desde agosto de 2013 sin fumar. Bueno, sólo recaí en la despedida de Zebu. Dos o tres cigarrillos. No más. Por otra parte, vuelvo a imaginarme, a soñarme fumando y disfruto. Vaya si disfruto. En fin. Seguiré comiendo hasta explotar. O compraré discos a ver si así se me pasa. La ansiedad, sí, supongo que será eso.

El viernes me hice con los LP’s de «Sun Structures» de Temples y el «Proof of youth» de The Go! Team. Esta tarde he vuelto a escuchar el «Rock’n’roll» de Espanto en Spotify para decidir si me hacía con el LP o no. El veredicto ha sido sí. Y amén de diferentes playlists de la plataforma de música en streaming, esta ha sido mi banda sonora del 9 de marzo de 2015. Y no, las ganas de fumar no han disminuido.

11 y 12 de febrero. Mi banda sonora.

Hasta el día 11 sin banda sonora o, dicho de otra manera, sin escuchar disco alguno, canción alguna. Una rutina demasiado intensa basada en la asistencia al hospital para acompañar al padre, cuidar de Nicolás y otros quehaceres para los que no me he esforzado – porque, realmente, si hubiera querido, supongo que habría sacado el hueco para ponerme unos auriculares – en escuchar música. Sí me levanté el martes 10 con un tema en la cabeza («Good nough» de Dodgy) pero no me llegué a poner el disco correspondiente y me conformé con anotarlo en mi libreta para que ahora aparezca reseñado aquí.

Ayer dieron el alta a mi padre. Bueno, más bien le han mandado a casa a seguir recibiendo la misma atención que recibe en el centro hospitalario pero en el domicilio. Qué duda cabe que está mejor ahí. Una novedad que nos vuelve a acercar a todos a la rutina. Una novedad rutinaria. Curioso. Había que ponerse un disco para celebrarlo. Un disco para retomar la rutina de mi banda sonora. «Revolución solar» de Charades. No preguntéis por qué ya que de revolucionario había poco.

Esta fue la banda sonora de mi 11 de febrero de 2015.

Zafarrancho de combate doméstico. Limpieza general. Ana, Nico y yo. Y el «Sunbathing animal» de Parquet Courts de fondo. Mola. Luego cogí el coche para ir a ver a mi padre. El «Lonerism» de Tame Impala para la ida y para la vuelta. Espanto, de nuevo, en Spotify para ir a currar. Y el resto de la jornada escuchando playlists de la mencionada plataforma o, más bien, actualizando sin parar una en la que pretendo recoger toda la discoteca de mi casa. Ya os la compartiré.

Y esta ha sido la banda sonora de mi 12 de febrero de 2015.

3 de febrero. Mi banda sonora.

Una mañana Imarginando. Sin escuchar música pero compartiéndola con un cantante. Y hasta ahí puedo leer. A ver si dentro de poco me dejan contarles.

Ya por la tarde, fiebre en ciernes. Espanto. No los había escuchado hasta hoy. Y me han encantado, sobre todo su último disco «Rock & Roll». Magnífico.

Luego he visto que en Amazon estaba muy barato el vinilo de «Giant Steps» de John Coltrane y me lo he puesto. La verdad es que, de primeras, aún sonando elegante, no me ha conquistado como para comprármelo.

De hecho, hoy mismo he decidido que tengo que tratar de racionar un poco mis compras musicales. Por lo que he pactado conmigo mismo que a no ser que me encuentre con una ganga irresistible o que alguna de mis vacas sagradas saque un nuevo álbum (y esté bien) o que la fiebre sea realmente intensa, trataré de comprar dos discos al mes como máximo.

Veremos cómo evoluciona lo de Espanto. Y es que tras Coltrane, me puse otro trabajo, «Ísimos y Érrimos», que también sonaba muy bien pero no tanto como su «Rock & Roll», disco que me he vuelto a escuchar otras dos veces. Este fijo que cae este mes. El otro que ya he comprado ha sido el «Monk’s Dream» de Thelonious por lo que el cupo de febrero ya está cubierto.

Esta ha sido mi Banda Sonora del 3 de febrero de 2015.