Egorecopilatorio febril sobre la sarna con gusto.

Lo que viene siendo una inmersión en toda regla a la cotidianidad o rutina a la que me refería en mi anterior post. Semana ardua esta que acaba. Al niño y al curro, añadamos:

– Universidad. Sí. He vuelto. Como McArthur. Por capricho y sin pisar aún el aula, sí, pero ya hay un come-come que ronda diariamente diciéndome «vete a hablar con los profesores», «aparece por clase», «intenta conocer a algún chaval o chavala que te vaya pasando apuntes». Etcétera.

– BAFF. Una liada de esas a las que no sé decir que no que me propone David. No sé decir que no y me gusta pero ahí me ha tenido (y me tiene) pendiente. Llegado el momento (si llega), claro, ya les explicaré qué significan esas siglas.

– IMAGO. Este ha sido el lío padre. Derivado de EducaBlog y con objetivos a corto plazo en parte del mismo. Vaya tralla. En fin, espero, deseo y confío que merezca la pena. Creo que sí. Ya se les informará a su debido tiempo.

– Una frase: «(…) han entrado en una espiral sinsentido -ellos solos y entre ellos mismos- y me temo que…». Una información que llega de imprevisto y trastoca futuros y atractivos planes para los que hay buscar, con premura, una alternativa.

Dejemos de lado el concierto de Vetiver del pasado jueves al que no pude asistir; o que no he renovado aún mi carné del Barakaldo (mañana le ponemos remedio); o que estoy leyendo una novela de Pinilla («Sólo un muerto más») exclusivamente en el metro… Yo qué sé…

Lloremos en esta especie de egorecopilatorio febril y anticipemos futuros proyectos que ahora pesan pero de los que ya tendré tiempo de sacar pecho y de presentar a bombo y platillo a pesar de la imagen elegida para ilustrar estas letras. A inventar la segunda parte. Sarna con gusto y eso.

Pasen buen fin de semana.

Egorecopilatorio febril. Enero de 2015.

can

Enero de 2015. Ha sido el primer enero sin mi madre. En enero ha sido el primer cumpleaños de Nicolás. En enero me he propuesto tratar de mantener en este blog una especie de diario musical: Mi Banda Sonora. Propuesta egocéntrica que no interesará a demasiada gente y que consiste, como habréis podido comprobar, en relatar la música que he escuchado cada jornada. Perfectamente elegido el verbo, por cierto: mantener. De momento, Mi Banda Sonora ha aguantado enero. Veremos que pasa a partir de mañana.

En enero también he empezado a rescatar algunos de los artículos que escribí durante algunos años en el blog de la editorial Narradores. En enero no he escrito ficción. Lo digo como si fuese fácil o como si hubiese sido una tónica habitual en meses precedentes. En enero me ha pegado la fiebre Taniguchi pero aún no os he hablado de ella. Pronto tendréis noticias. Sí os hablé ayer de Martín Caparrós, que me causa fiebre aunque igual es efímera. Veremos.

En enero el propósito de ver más cine ha empezado flojo: la saga ‘Millenium’ (una trilogía más propia de telefilmes de sobremesa de fin de semana absolutamente olvidable) y el inaudito, perturbador y brutal documental ‘The Act of Killing’. En enero he escuchado a un montón de paredes.

En enero el Baraka ha seguido ofreciendo dudas. Ha seguido haciendo la goma con los puestos de promoción de ascenso pero sin convencer a través de su juego. En enero, sin embargo, el Liverpool ha mejorado. Los de Brendan Rodgers, poco a poco, tiran para arriba. En enero me he inventado un nuevo juguete digital para no aburrirme que me tiene bien enfebrecido: Northern Football.

En enero, además de mi banda sonora, ha habido dos discos que han subido mi temperatura: «Monk’s dream» de Thelonious Monk Quartet y “Did you give the world some love today, baby” de Doris. Dos discos que me compraré en febrero. Ni un concierto en directo. Unas cuantas compras ya ha habido en enero. Alguna camiseta también. Y ya.

En enero hemos empezado la promo del nuevo libro de EducaBlog. En enero me ha entrado la fiebre por George Orwell y me ha dado por leer sobre su figura y por proponerme a revisar sus escritos. En enero fue lo de #JesuisCharlie. Y hubiera molado que también hubiésemos sido otras cosas. En enero un partido anti-troika, anti-austeridad y de izquierda ¿radical?, Syriza, ha ganado las elecciones griegas y todo el mundo se ha (nos hemos) puesto a hablar de esperanza por su triunfo o de miedo por su victoria. Tú eliges.

En enero he disfrutado leyendo un artículo, ‘Sobrevivir al ictus’, que, por otra parte, enerva mi lado hipocondríaco. Quién me mandaría. El perfil del deportado en Twitter. Cómo molan este tipo de proyectos o estas formas de promoción.

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Egorecopilatorio Febril. Septiembre de 2014.

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Poco que contar por otra parte. La vuelta a la rutina y eso. El verano bien, gracias. Lluvioso y tal, como se ve. Un periodo estival sin mayores emociones más allá de la de ser el primer verano como padre, que no es poco.

De lo de escribir, poco. De lo de leer, un poco más. Una colección de relatos de Raymond Carver, (‘¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?’) que me encantó; el de Chavs ya comentado; ‘Los Modlin’ al que calificaremos de inspirador; y el último cómic de Paco Roca, ‘Los Surcos del Azar’ que también me encantó y a punto estuvo de despertar una fiebre por la historia bélica que, como buena fiebre, fue efímera.

De lo de comer y beber, muy bien. A falta de conocer lugares o destinos nuevos, nos hemos dedicado a conocer fogones. Tres a destacar: la cocina casera y la actividad frenética del Mesón Chimbo en Sámano; cerquita de él, pero en el también castreño barrio de Mioño, el asador El Túnel (no olvidaré la ijada de bonito); y las anchoas de Getaria de La Espiga de Donosti. Un must, como dicen los jóvenes.

Un must en Donosti también es Beltza Records, claro, donde me compré un disco de Aztec Camera, el ‘Stray’ que, la verdad, me ha decepcionado un poco. En Castro, por cierto, pusieron un puesto de discos en el paseo. Entre otros, me pillé el single de la ‘Chica Yeyé’ de Conchita Velasco, editado por el sello Belter, una escudería sobre la que puede despertarse otra fiebre a raíz también de mi reciente adquisición de ‘Algo Salvaje’, un recopilatorio editado por Munster que viene a equipararse con el mítico Nuggets pero de bandas españolas. Tranquilos. También se me pasará.

PRÓXIMAMENTE…

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Egorecopilatorio Febril. Julio de 2014.

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Casi un mes sin acudir a este cuaderno a dejar apuntes, del tipo que sean. La galvana estival, la ocupación en otros menesteres más lúdicos, el mar, las fiestas, la montaña… Bah, quéndese con lo primero: pereza. Pura y dura. Sirva esta débil obligación que me impongo de actualizar el blog con el fin de darme un poco de autbombo, para autoimponerme una especie de sección a final de cada mes con el que comentar las fiebres que más me hayan sacudido en dicho periodo. Inauguremos este Egorecopilatorio Febril (perdonen el título) con las del mes de julio.

Así, nos vamos a los días 10, 11 y 12, fechas en las que se celebró la novena edición del cada vez más consagrado festival Bilbao BBK Live. Y éste que aquí escribe acudió en condición de cronista a Kobetas como enviado especial de la web de BI FM. De esta manera, relaté mis impresiones de los conciertos de Allen Stone, John Newman, Vetusta Morla y Franz Ferdinand el jueves y de Belako, Fira Fem, Band of Horses, The Lumineers, The Black Keys y MGMT el sábado. No, el viernes no subí.

Y sí, he dicho de BI FM ya que, como puede que algunos sepáis (y si no ya os lo digo yo) LFA, medio para el que, hasta ahora, había jugado a eso de ¿periodista musical?, está en el garaje para darle una reforma gigantesca o para, en el peor de los casos, darle la extrema unción. Algún día le dedicaré un escrito a nuestro querido vehículo. Por cierto, antes de cerrar el párrafo dedicado a la fiebre musical y dado que hemos hablado de crónicas del BBK Live, les recomiendo que, de leer algo, lean las de Hodeln Caulfield en Fiasco Fiasco. Las mías no dejan de ser una especie de descripción encargada por un medio con algún que otro toque propio. Las del amigo Caulfield son personales e intransferibles, únicas y fantásticas. Y no tenga miedo y buceen en todo su blog. Me lo agardecerán.

A ver… Qué más hay por ahí… La Educación Social, vale. Bueno, me gustó recordar, hace escasas semanas, a una familia con la que trabajé hace unos años… Lo hice escribiendo un post en EducaBlog titulado ‘De cómo ser Educador Social en una zapatería’. Además, hacer este artículo me llevó a pensar en la de historias que nos da esta profesión. Y esto me lleva a avanzar a la todavía exigua audiencia de este cuaderno que, en unos meses, mis compañeros de EducaBlog y yo mismo junto con un montón de compañeras y compañeros del gremio sacaremos a la luz un libro que, precisamente, tratará de recoger esas historias, esas #EdusoHistorias. Y hasta ahí puedo leer. Seguiremos informando. De hecho, también he de morderme la lengua o, mejor dicho, atarme las manos para no compartir en este espacio un documental que, de nuevo, con mis compañeros de EdcaBlog y, en este caso, con la inestimable y fantástica colaboración de los TwoBaskos, hemos realizado con el fin de difundir este oficio nuestro… Pero, hasta ahí puedo leer. Seguiremos informando.

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