Las Fiebres Musicales de mayo (y II)

Seguimos. Y II. Nueve canciones editadas este 2017 y descubiertas este pasado mes de mayo seleccionadas de un total de 19 que pasaron el primer corte. Arriba con ellas…

9.- RAC: This song. Esto es un neogallardismo en toda regla. Una de esas canciones para reverdecer laureles, pensar en verano y en festivales a los que acudir en pantalón corto, beber cerveza mala y cara y acabar la noche vibrando cuando el DJ de turno te pincha un tema así. Sí, sé que no queda muy de pedigrí decir todo esto pero esta canción, «This song», es lo que me sugiere. Noche y tontería. De tonterías sé mucho, no hay más que leerme. No lo hagáis más y escuchad este tema si es que tenéis ánimo para hacerlo visto lo visto.

8.- THE VACAN LOTS: Pleasure and pain. Una banda y, por tanto, un tema desconocidos para mí hasta este mes de mayo de 2017. Una suerte de rock lisérgico y espacial que emparento con, por ejemplo, Spiritualized. Una canción muy, muy disfrutable.

7.- COURTNEY BARNETT: How to boil an egg. La señorita Barnett ya nos conquistó en 2015 (ver la cosecha de dicho año) con su disco “Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit” y parece que va a volver a hacerlo con lo que ha mostrado en este adelanto que funciona como guía rockanrollera para hervir un huevo. Mola un ídem.

6.- KELE OKEREKE: Yemaya. La verdad es que recordando al señor Okereke al frente de aquel hype, que lo fue, Bloc Party, me ha sorprendido mucho los derroteros que ha adquirido en solitario o, al menos, lo que muestra en este tema titulado «Yemaya». Un medio tiempo calmado e introspectivo, con cierto tono folkie que atrapa e hipnotiza. Una preciosidad.

5.- THE PRIMITIVES: I’ll trust the wind. Gran regreso el de los de Coventry. Tema llamado a convertirse en hit en la liga del indie pop temporada 2017. Caramelo adictivo para todos los que gustamos del guitarreo festivo. Nada más que decir. Deleitaros.

4.- ZEBRA HUNT: Follow. Zebra Hunt era, para este que escribe, el típico nombre respetado por muchos de mis influencers al que aún no le había hincado el diente. Para ponerle remedio, nada mejor que ver que la gente de Munsterama distribuya su último LP, «In phrases», a un precio magnífico, escucharlo previamente en Spotify y ver que sí, que, efectivamente, es un muy buen disco de pop-rock guitarrero que añadir a la colección. Para muestra, este temazo que es «Follow», octavo corte del mencionado álbum.

3.- DOUG TUTTLE: Bait the sun. Otro maravilloso descubrimiento. Delicadísima psicodelia enlatada en un artefacto de quince canciones de 33 minutos titulado «Peace Potato». Y, a pesar del minutaje, insisto, no es punk precisamente. Lo que sí es es una cosa muy pero que muy bonita. Algo fantástico.

2.- STONE FOUNDATION: Strange people. Hablando de maravillas… buah… Me encanta poder hallar novedades tan elegantes con reminiscencias modernistas como este TE-MA-ZO, en el que colaboran dos mitos de la escena como el Modfather Paul Weller y el soul-man William Bell. Distinción, finura, belleza… y porque no encuentro otros sinónimos en esta onda. En fin, que huelga decir que escuchéis esta joya.

1.- THE CHARLATANS: Let’s go together. Y mi canción favorita del mes de mayo es, sorprendentemente, de los Charlatans. Y digo sorprendentemente porque no me esperaba que Tim Burguess y compañía fuesen capaces de (volver a) hacer temas tan absolutamente redondos. Y admito también que contribuye a mi elección que fui muy fan de los mancunianos. O sea, que olvidadlo todo. Ni expectativas ni cienfebrismos. Aquí lo que vale es este hit con reminiscencias psicodélicas, mántricamente adictivo que me reconecta con aquellos Charlatans del «Tellin’ Stories», «Up to our hips» o «Some friendly» y ya sólo con eso pues… mierda, ha vuelto a emerger el Cienfebrismo. Vale, sea. Pues déjense guiar, por una vez, por mis desvaríos y pinchen este tema (para volver a compensar también diré que el resto del disco le desmerece totalmente a esta canción)

8 de marzo. Mi Banda Sonora.

Al escribir el título he caído en la cuenta que hoy, 8 de marzo, mi banda sonora debería tener protagonismo femenino. Es decir, admito que retomar esta sección, justo hoy, ha
sido mera casualidad y que no he vuelto, justo hoy, a contar mis escuchas y mis motivaciones para llegar a las mismas por el hecho de que hoy sea el Día de la Mujer.

Por otra parte, después de tanto tiempo sin actualizar este diario (que de diario no tiene nada) he de echar la vista atrás y dado que el último post que le dediqué es del 14 de
enero y son muchas las cosas que he escuchado desde entonces, sí que puedo intentar hacer un filtrado en clave femenina aprovechando la fecha.

Veamos…

Lo nuevo de Triángulo de Amor Bizarro. “Salve discordia”. Está que te cagas. Especialmente, me gustan las canciones en las que la voz protagonista es la de ella, la de Isabel Cea.

Ayer mismo, me pegué en casa dos escuchas a los dos LP’s de Aries, «Magia bruta» y «Mermelada dorada», motivadas tras haber degustado el adelanto que Isabel Fernández Reviriego ha presentado hace escasos días del que será su tercer disco, «Adieu or die», una canción titulada «Eclipse total» en la que la ex Charades nos vuelve a deleitar con sus juegos psicodélicos y sus devaneos digitales.

Estas jornadas lluviosas e invernales me parecen idóneas para revisar la discografía de Belle & Sebastian. De hecho, así lo hice hace una semana o por ahí. ¿Qué qué guiño a la mujer tiene escuchar a la banda escocesa? Bueno, recordemos la siempre maravillosa presencia de Isobel Campbell en muchos de los temas de Murdoch y compañía… (¿cogido un poco por los pelos? Quizá)

También he revisitado, vía Spotify, el disco de Courtney Barnett que, como recordaréis, fieles seguidores y seguidoras cienfebristas, fue uno de mis títulos de 2015. Una artista a la que espero poder disfrutar en la próxima edición del Bilbao BBK Live.

Recuerdo que no hace mucho me puse el «Oh Baby» de Big John Patton. Sí, el hacedor de tan tremenda joya de bop es un hombre, ya, pero la prota de la portada (en la imagen) tiene rostro de mujer (otra vez un poco en la muga, ¿no?)

Más que nada porque, aunque ahora no lo recuerdo con nitidez, puede que en casi dos meses haya escuchado cosas como Elastica, Brand New Sinclairs (con frontwoman al frente), Las Supremes o Las Flirtations, Tina Turner (acompañada de Ike), Klaus & Kinski, Sharon Jones… Etcétera. Lo que es seguro, como decía, es que las mencionadas antes de este párrafo sí han formado parte de mi banda sonora en las últimas semanas y lo que es seguro es que muchas otras mujeres protagonizarán mis futuras bandas sonoras, como protagonizarán o me acompañarán en otros muchos aspectos de mi vida.

Con todo, hoy, 8 de marzo de 2016, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, vuelvo a sentarme a compartir mis audiciones musicales, haciendo un humilde (y quizá tonto) homenaje a todas ellas. Buenas tardes.

Mi Cosecha 2015. Los discos.

Ay, quién me ha visto y quién me ve… Yo, que cada mes de diciembre me encargaba de elaborar el listado de lo mejor del año para La Furgoneta Azul. Yo, que estaba siempre al día de la actualidad pop conduciendo la propia furgoneta por las ondas de BI FM… Ay, yo, escuchando cotidianamente las novedades discográficas, consultando las publicaciones especializadas, adalid, con todo, de lo último que surgía en formato single, de los nuevos nombres que desembarcaban al circo del rock… Ay…

Bueno, en realidad, no era, ni muchísimo menos, para tanto pero, ciertamente, se me hace extraño consultar los tops de 2015 que publican los diversos medios y comprobar que conozco a muy pocas de las bandas reseñadas y, por tanto, heme aquí, tratando de elaborar mi cosecha disquera del año que está a punto de acabar y ver que la gran mayoría de los títulos y artistas seleccionados no aparecen en ellas y siendo consciente de que, de haber prestado más atención a lo publicado en estos doce meses, muchas de estas reseñas no tendrían cabida entre “lo mejor de”. O sí. A saber.

En fin, sea como fuere, me da para, al menos, dejar aquí diez referencias, las diez que más he escuchado, las diez que, si la memoria no me falla, he acabado comprándome en formato físico y, por lo tanto, entiendo que habrán merecido la pena… Va, arriba con ella… Mi Top Ten…

10.- BELLE & SEBASTIAN: “Girls in peacetime”. No es su mejor disco, ni mucho menos. Lo escuché porque lo tenía que escuchar. Lo compré por completismo (y porque encontré el CD a un precio más que competititvo) Y aunque hay algún tema que, lo admito, suena casi hasta ridículo (así me lo parece, por ejemplo, “The party line”, aunque luego veo a Nico bailarla cual poseso y me encanta), siguen quedando otros muchos con la sensibilidad, las letras y la calidad marca de la casa y eso, viniendo de una de mis bandas favoritas de siempre, ya es un tanto suficiente como para que aparezca aquí. Por cierto, espero que la actualidad nos traiga en breves buenas noticias al respecto del estado de salud de Stuart Murdoch.

9.- BRAND NEW SINCLAIRS: “This is Brand New Sinclairs & other chronicles”. Support your local team, que decía aquel. Pues sí, supongo que el hecho que sea una banda del pueblo habrá tenido que ver a la hora de sumarles a la lista pero, igualmente, este trabajo de los baracaldeses es realmente disfrutable. Han ganado, en mi opinión, acelerando su sonido hacia territorios más, ejem, rockanroleros sin dejar de lado sus querencias, ejem, rythmnbluesescas. Su directo, por cierto fue el que me conquistó, el que me llevó a pillar el LP y el que provocó, en definitiva, que me vea obligado a reseñarlos como uno de mis discos de 2015.

8.- COURTNEY BARNETT: “Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit”. Primera coincidencia con la ortodoxia mediática. Sí, este nombre y este título aparecen por doquier en revistas, blogs y demás familia. Y sí, disco interesante, molón, ecléctico (para bien) que, por momentos, ojo, me recuerda a Sheryll Crow. Ahí queda eso. Eso sí, ni me lo he comprado ni, en principio, me planteo hacerme con él.

7.- NEW ORDER: “Music complete”. Escuchando “Music complete”, el nuevo disco de los de Manchester, me viene a la cabeza el mensaje que Bernard Summer (o Peter Hook, ahora no recuerdo) lanzó hacia la mitad del concierto que ofrecieron allá por el 2006 en Boadilla del Monte (Madrid), en el extinto festival Summercase: “NO MORE GUITARS!”. Y empezó la fiesta. Una fiesta protagonizada por sintetizadores, bases, beats y demás cacharrería electrónica. Los New Order, en definitiva, parece que vuelven a mirar más hacia su época Ibiza y se marcan un álbum con el que han conseguido reconciliarse con muchos de sus fans decepcionados con sus trabajos anteriores. A mí, desde luego, me han vuelto a convencer y eso que tampoco es que les hubiese dado de lado cuando había más guitarras.

6.- DJANGO DJANGO: “Born under Saturn”. El primer disco de estos muchachos me entusiasmó. Tal es así que fue, para mí, el mejor trabajo internacional de 2012. Con este precedente, debía escuchar “Born under Saturn”. Y así lo hice. Y me gustó. Y aunque creo que no tiene la frescura de su predecesor, sigue resultando altamente interesante y siguen pareciéndome una de las bandas más a seguir la pista en la actualidad. He dicho.

5.- DMA’S: “DMA’S”. Mi rollo total, sí. Así es. Britpop oldschool el que practican estos mozos australianos con pintas de, esto es así, chavs de Bristol o por ahí. De hecho, por sus pintas, nadie diría que practicasen un pop como el que atesora el EP homónimo con el que les he descubierto y que, como veis, es uno de los que más me ha encandilado del presente año. Es más, diría que “Feels like 37” es una de las canciones de 2015.

4.- DISCO LAS PALMERAS!: “Asfixia”. Abrasivo. Intenso. Demoledor. Son algunos de los epítetos con los que me da por calificar el último álbum de los gallegos Disco Las Palmeras! Un muro de guitarras emocionante y unas letras en las que se aprecia una gran carga crítica hacia la realidad que nos rodea. Una agradable sorpresa para mí habida cuenta de que sus dos anteriores trabajos no me habían dicho mucho. Y si antes proponíamos un tema de DMA’S como canción del año, “Cállate la boca” no le va a la zaga, amigos.

3.- LOS GRANADIANS DEL ESPACIO EXTERIOR: “La onda cósmica”. No es que uno sea un gran aficionado a los sonidos más cercanos al reggae o al rocksteady o a cosas así. A decir verdad, son géneros que no me desagradan pero que me cansan al de pocas canciones. Por ello, otorgo un gran valor a “La onda cósmica”, el quinto trabajo de los Granadians, ya que me he merendado su LP del tirón unas cuantas veces. Me da la impresión de que tiene que ver con el hecho de que además de mantener sus señas de identidad ¿caribeñas?, han dado cabida en este artefacto a sonidos más psicodélicos y etéreos de modo que, para mí, se ha convertido en un caramelo delicioso, digerible y altamente adictivo. Además, me encanta ver cómo se contornea el enano cuando lo pinchamos en casa. Discazo.

2.- AIRBAG: “Gotham te necesita”. Y el título a disco del año nacional en mi casa se lo lleva… Tachán: “Gotham te necesita” de los Airbag. Y me digo que no podía ser de otra manera. Y no le pongo al nivel de “Alto disco” o “Manual de montaña rusa” porque me gustan demasiado pero, como mínimo, los iguala. Ponerte este disco supone un chute vitaminado con los ingredientes marca de la casa: punk-pop urgente y preciso, con sus letras costumbristas, frikis y veraniegas, con las evidentes referencias de siempre (Weezer, Los Ramones) Ni un pero a este trabajo. Merecida plata general, merecido oro local.

1.- SUFJAN STEVENS: “Carrie & Lowel”. Lo elegí como mi disco del año en las primeras escuchas. Porque es emocionante. Mágico. Onírico. Porque es sencillo. Íntimo. Porque tiene efectos sanadores. Porque recuerdo un día volviendo a casa, escuchándolo, y el sol se ponía y se produjo una extraña comunión con mi entorno. Una sensación de paz total. Es un álbum que transmite una espiritualidad para nada impostada. Absolutamente natural, no sé cómo decirlo. Y luego, una vez en casa, leyendo sus letras, dedicadas a su madre fallecida, aún lo valoras mucho más porque sabes que es un ejercicio brutal de terapia personal para el propio cantautor. Delicado. Sencillo. Maravilloso. Y, en este caso, me alegra comprobar que este “Carrie & Lowell” recibe una positiva unanimidad bastante amplia de las gentes que se dedican profesionalmente a esto de evaluar la música. No sé, no me cabe ninguna duda de que este es el mejor disco de 2015 o, al menos, el más bonito.