Cienfiebres #7: Jazz Fever

De la expresión «uf, éso es demasiado jazz» a la boutade «voy a vender todos mis discos menos los de jazz y sólo voy a escuchar esa música» han pasado unos 20 años. El autor de ambos testimonios soy yo y entre ellos hay una importante evolución en mi relación con el jazz.

De esto va el séptimo de Cienfiebres Musicales. De mi convivencia con un género musical que se ha convertido en una de mis fiebres recurrentes y que cuando me golpea lo hace con fruición.

Suenan: Quincy Jones: One note samba // Shirley Scott: ‘Taint What You Do (It’s the Way That Cha Do It) // Jimmy Smith: The cat // Bobby Timmons: Moanin’ // Art Blakey & The Jazz Messengers: Blues March // Lee Morgan: Eclipso // Woody Herman & The Herd: The Sidewinder // Eddie Jefferson: Psychedellic Sally // Horace Silver: Serenade to a soul sister // Johnny Lytle: Babo // Art Blakey & The Jazz Messengers: Jimerick // Bobby Watson: Keepin’ it real // Charlie Parker: Now’s the time // Los Bravos: Show me // Los Pekenikes: Nobles contra villanos

22 de septiembre. Mi Banda Sonora.

Ayer volvimos a la rutina. La odio pero creo que, por primera vez en mi vida, la necesitaba. No por mí si no por el niño. Necesitaba que él necesitase volver a comer bien, volver a dormir en su cuna. No sé. Suena viejuno. O responsable. O paternal. Es la verdad. Necesitaba que él volviese a la rutina.

Ayer Nicolás sacó del Espirit un disco al azar. Ya llega a cogerlos de maravilla. Su manita derecha sacó el «This here is Bobby» de Bobby Timmons. Buena elección. Lo escuchamos. Luego fuimos a Correos a recoger el EP de DMA’S. Puro britpop. También lo escuchamos. Y luego el «Comfort» de Splashh. Sí, pasamos casi toda la mañana en casa. Volviendo a la rutina.

Hoy ha sonado «The gift» de los Jam. Recordé que con «A town called malice» Nicolás disfrutó en su día. Hoy no ha gozado tanto, creo yo, con Weller y compañía.

He acabado la tarde absolutamente enfebrecido con Stereolab. No sé por qué, la verdad. Es uno de esos grupos que siempre debería catalogar de favorito y, sin embargo, acaba sepultado por otros nombres. Pero la cosa es que cada vez que vuelvo a encontrarme con la banda de Tim Gane y Laetita Sadier vuelvo a disfrutar como casi con ningún otro grupo. Siempre es algo especial y espacial escucharles.

Buscando completar su discografía, echando un vistazo a precios de sus singles, rastreando dónde hacerme con una camiseta de ellos, contemplando fotografías, disfrutando con su imagen, etcétera… He llegado a un post titulado «Si Dalí viviera, ¿su banda favorita sería Stereolab?». Para qué quieres más.

Dalí siempre ha sido un personaje que me ha fascinado. Que me ha llamado la atención sobremanera. Estas vacaciones he estado en su casa de Portlligat. Y en el castillo que tenía en Púbol con Gala. Me he comprado dos biografías de él. Para qué quieres más. He estado, con todo, otra vez, muy enfebrecido con Dalí. Como lo he estado hoy, otra vez, con Stereolab.

Volver a la rutina por Nicolás. Volver a la rutina con Stereolab y pensando en Dalí. Esto último parece antagónico. Mañana le pongo el «Dots & loops» al pequeño. Sí. Puede que hasta le enseñe algo del de Figueres, a ver qué dice, cómo reacciona. Sí. Y, si cuadra, rememoraré estas semanas de asueto en forma de post. Todo eso mañana. O no. Veremos. El resto puede servir como banda sonora de hoy, martes, 22 de septiembre de 2015.