Cosecha 2017. Los cómics.

Pues eso. Ya os lo dije ayer. A diferencia de las cosechas de años anteriores, en esta de 2017 me he decantado por distinguir al género cómic-tebeo-novela gráfica en un post específico. La razón es que han sido unos cuantos los que han caído durante este año, seis concretamente, número que, después de leído, tampoco es para tanto pero, al final, haber unido esta lista con la de libros habría dejado a esta última demasiado extensa. Y además, ¡qué coño!, que tampoco tengo porque andar justificándome, copón, y que puestos a hablar de extensión, bastante me estoy extendiendo ya con este preámbulo y mejor me callo y os dejo con los seis cómics que he leído en este curso que se nos va ordenados, nuevamente, del que menos me ha gustado al que más y con la peculiaridad de que sólo uno de ellos se ha editado este año. Arf, arf, arf.

6.- LOS IGNORANTES (Étienne Davodeau): Vino y cómics. Y aunque me acerqué a este título pensando más en el primero de ambos elementos (y ha estado guay conocer más sobre sus procesos de elaboración, sobre el concepto de la biodinámica y sobre los vinos bio), al final he tomado más notas sobre títulos de tebeos. En ambos casos, uno de los grandes leit motiv de «Los ignorantes» es la reivindicación de lo artesanal y el decrecimiento. En definitiva , una obra muy bonita.

5.- LA GRIETA (Carlos Spottorno y Guillermo Abril): Interesante ejercicio periodístico en formato foto-cómic. La vida en las fronteras, en las lindes de la UE: refugiados, migrantes, policías fronterizos, población de esos lugares… un fresco con el que visualizar el tiempo que nos está tocando vivir y que genera una cierta sensación de desasosiego al pensar: ¿se acabará por fracturar completamente esa(s) grieta(s) que nos rodean por toda Europa?

4.- INTRUSOS (Adrian Tomine): Extraordinario. Fantástico. Un cómic que me tocó en un sorteo y que he disfrutado increíblemnete. Seis historias en los que es como si a Raymond Carver le hubiese dado por dibujar viñetas y hacer comedia negrísima. Lo dicho: extraordinario.

3.- EL ALA ROTA (Kim / Antonio Altarriba): Le falta la emotividad que su reverso, El Arte de Volar, alcanza con las viñetas oníricas y la «heroicidad» de Antonio. Lo compensa con el retrato de una historia, una época y con el protagonismo de tantas mujeres como Petra, heroínas también, qué duda cabe. De nuevo, un enorme 10.

2.- LA BALADA DEL NORTE – TOMO II (Alfonso Zapico): «Esto de la Revolución es una milonga, porque nos dijeron que era el sueño de todos pero era mentira. Era el sueño de cada uno». Excepcional el segundo tomo de ‘La Balada del Norte’. Mi sueño es, en breve, acabar de completar la enrome trilogía de Zapico.

1.- GORAZDE: ZONA PROTEGIDA (Joe Sacco): Brutal. Terrorífico. Aunque Sacco incluya capítulos sobre la cotidianidad en la vida de sus amigos de Gorazde, las canciones yankees de Riki y otras anécdotas para desengrasar, los testimonios y el relato de la guerra tanto en la ciudad protegida como, por extensión, en toda Bosnia, son espeluznantes. Acojonantes. Los dibujos del autor también contribuyen. Esas caras retorcidas, esos primeros planos exagerados… ufff… me ha removido mogollón. Y eso es extraordinario.

Mi cosecha de 2015. Los libros.

Pues se ha quedado un listado muy majo, la verdad. Pensaba que el hecho de que Nicolás sea un ciclón imparable afectaría al mismo, pero no. Han caído unos cuantos títulos, de diferentes géneros y estilos. Y aquí los presento, con el objeto de mirarme el ombligo y de jugar a crítico literario… Para estas cosas se hacen este tipo de listas, ¿no?

Un crítico literario, eso sí, que, posiblemente (ahora lo compruebo), no se ha leído ni un sólo título editado en estos doce meses.

En fin, va, venga, vamos… Estos son los 18 libros que he leído este 2015 ordenados del que menos me ha gustado al que más, ¿vale?

18.- CIEGO DE NIEVE. TRAFICANDO CON COCAÍNA (Robert Sabbag): Segunda o tercera vez que abandono un libro sin acabarlo. Me rindo. Será que no era mi momento para leer esta especie de gran reportaje-ensayo-biopic-novela de no ficción o lo que sea sobre un narcotraficante de cocaína en EEUU en los 70 o qué sé yo… Pero después de más de 100 páginas en las que me saturé y aburrí, decidí apartarlo a un lado y empezar otro. Ergo, se queda con el farolillo rojo.

17.- LA BALADA DEL MAR SALADO (Hugo Pratt): Mi primer acercamiento a Hugo Pratt y su legendario personaje, Corto Maltés. Aventuras y aventuras que me han conectado con algunas lecturas de cuando era crío (Capitán Trueno, Jabato y cosas así…) A pesar de ello, esperaba un algo más o, simplemente, es un estilo que me entretiene (y me enseña cosas) pero no me atrapa o no me apasiona.

16.- VALLE INCLÁN Y EL INSÓLITO CASO DEL HOMBRE CON RAYOS X EN LOS OJOS (VV.AA.)
: Interesante y entretenido pseudo-ensayo sobre un episodio científico-paranormal acaecido a principios de siglo XX. Lectura amena, diseño fantástico, geniales ilustraciones… Recomendable pero no imprescindible. Además, Valle-Inclán es casi una especie de anzuelo ya que la presencia del genial autor es prácticamente testimonial o muy pasajera.

15.- CANCIONES DE AMOR A QUEMAROPA (Nickolas Butler): Yo no recuerdo la serie «Treintaytantos» que debían dar en los 80 o así pero debía ser algo así como lo que ocurre en este libro, sustituyendo a los publicistas de la serie por el ambiente rural de la obra de Butler y, a partir de ahí, pues eso… Las amistades postadolescentes, las evoluciones vitales de cada uno y todas esas cosas tan cercanas. Uno de los títulos más cacareados en algunos mentideros indie que bueno, psché, es una novelita amable, liviana, con algunos momentos muy buenos aunque toda ella peca como de muy naif, no sé…

14.- DALÍ (Gilles Néret) / DALÍ: EL TRIÁNGULO DE L’EMPORDÀ (Jordi Puig/Sebastià Roig): dos frutos de una de las grandes fiebres del año, la dalíniana. Mis vacaciones estivales en la Costa Brava resucitaron un interés que se plasmó en la adquisición de una biografía (muy centrada en el lado artístico del pintor de Figueres, todo hay que decirlo) y otro libro de carácter más antropológico o geográfico, en el que inserta al excéntrico personaje con sus lugares más, digamos, suyos. Amenos, didácticos y eficaces para apaciguar (¿O aumentar?) mi febrícula.

13.- EL JUEGO LÚGUBRE (Paco Roca): lectura derivada, al igual que los títulos anteriores, de mi fiebre por Dalí. Paco Roca reproduce, en formato cómic, unos capítulos de un facsímil de un tal Jonás Arquero en el que relata, mezclando realidad y ficción, los días del autor como secretario de Salvador Dalí en Cadaqués quedándole una historia cercana al género de terror con el excéntrico artista como principal protagonista. Como todo lo que he leído de Roca, muy disfrutable.

12.- CHAP CHAP: UNA ANTOLOGÍA CONFESIONAL (Kiko Amat)*: me salto una de mis autoimpuestas reglas en el noble arte de la confección de listas de fin de año al incluir un título que aún no he terminado (bueno, en el caso del libro de Robert Sabbag también me he saltado esa norma aunque por causas diferentes) A pesar de ello, a pesar de no haber llegado al final (me quedan poco más de 50 páginas, por otra parte), al tratarse de un compendio de artículos del escritor catalán Kiko Amat, me vale para poder evaluarlo como un libro por momentos muy divertido, en el que el filo-mod autor demuestra lo bien que se maneja con la pluma pero que también peca de irregular (es decir, también hay artículos que son un poco flojetes) Mucha música, mucha literatura, mucho costumbrismo, mucha nostalgia y sí, de nuevo, bastante humor. Vamos, que mal sabor de boca no me va a dejar, no.

11.- EL HALCÓN MALTÉS (Dashiell Hammett): un clásico del género negro con ingredientes como detectives, mujeres fatales, intriga… Que se lee en un pimpampum… Un título que no había leído y que, con sus puntos ingenuos propios de la época en que fue escrito, disfruté y al que llegué arrastrado por otra lectura que veréis en puestos más altos.

10.- ESPAÑA NEGRA (Emile Verhaeren/Darío de Regoyos): Muy amena lectura de este librito – publicado en su primera edición en 1899 – que ofrece una visión de España tétrica y oscura. Mola mucho como libro de viajes, siendo estos siempre, por parte de los autores, en tercera clase, acompañados de los más parias en sus paradas, etc…

9.- EL FÚTBOL A SOL Y SOMBRA (Eduardo Galeano): como en el caso de Chap Chap, aún no lo he terminado. Como en el caso de la obra de Amat, tampoco es indispensable acabarlo para incluirlo en mi cosecha porque también es un libro de relatos, pequeñas piezas o cuentos con el balompié como protagonista común. Es un título que he empezado con un cariño especial porque fue un regalo de una magnífica mujer que sabía que me iba a gustar (un besazo, Arantza) Y, la verdad sea dicha, por un momento (sobre todo en los primeros relatos, en el prólogo y demás) pensé que la certeza de mi amiga iba a estar equivocada. En mi primer acercamiento a Galeano, iba encontrando algunas de las cosas que confirmaban mis sospechas o prejuicios: estilo sobrecargado, excesivamente poético, ampuloso, como muy mágico, como muy sudamericano, no sé… Pero hete aquí que, sin saber muy bien cómo, este Fútbol a Sol y Sombra me ha ido atrapando, conquistando… Y ahora me descubro ante un libro riquísimo, divertido (muy fan de los capítulos dedicados a los mundiales y la siempre cercana muerte de Fidel Castro), crítico y que coincide, efectivamente, con las ideas que me gustan tanto del deporte rey como de la propia literatura. A poco más de treinta páginas de acabarlo, gracias Arantza.

8.- SÓLO UN MUERTO MÁS (Ramiro Pinilla): la lectura que me llevó a degustar ‘El Halcón Maltés, como he dicho más arriba. Una obra en la que su protagonista, Samuel Esparta, es un librero que se viste (literalmente) de detective para investigar un asesinato producido diez años antes en su localidad… Asesinato que se produce en Getxo, en el universo creado por Ramiro Pinilla en su excepcional trilogía «Verdes valles, colinas rojas», con sus escenarios, personajes, mitos y demás… No es la única novela con Esparta de prota por lo que seguiremos sus movimientos.

7.- SCUNTHORPE HASTA LA MUERTE (Iñigo Gurruchaga): El fútbol es un juego que comienza a las tres de la tarde de un sábado inglés. A pesar de que interpreté como excesiva la contextualización sobre el Scunthorpe, sobre Alex García-Calvo o sobre la historia del fútbol en general entre otras, Iñigo Gurruchaga consigue soltar una traca final que hace que toda esa «paja» se redondee y quede una historia, pues eso, redonda. Y claro, si además de este valor estilístico, le añades el alto grado de identificación que he alcanzado con la historia del Scunthorpe United y su hinchada al ser yo aficionado de un equipo pequeño… Pues eso. Por supuesto, apunten un nuevo fan del The Iron.

6.- LA CUMBRE DE LOS DIOSES (Jiro Taniguchi): no me extenderé ya que ya lo hice en este post, Fiebre Taniguchi, que le dediqué el pasado mes de febrero. Junto con el número 4 de esta lista, el mejor cómic (bueno, sus cinco tomos) que he degustado en 2015.

5.- YO, ASESINO (Antonio Altarriba/Keko): ya les he anticipado en el número 5 que el mejor cómic del año es éste, Yo, Asesino, de Antonio Altarriba y Keko. Como en el puesto anterior, no me extenderé porque también esta maravillosa obra tiene post propio en esta santa casa por lo que les conmino a que lo visiten.

4.- LA MESA LIMÓN (Julian Barnes): Once relatos muy diferentes entre sí, con la vejez como nexo común y una pluma brillantísima, como mínimo. Un estilo áspero e inaudito del que quiero más. Leer La Mesa Limón y elevar a los altares a Julian Barnes. Leer La Mesa Limón e incluir a su creador en uno de mis autores favoritos. Cienfebrismo máximo. Julian Barnes también tiene, claro, su post en el blog.

3.- HOMENAJE A CATALUÑA (George Orwell): Magnífico relato de los primeros meses de la guerra civil española por parte de un Orwell que acudía en calidad de periodista y, finalmente, acaba participando como miliciano del POUM en las trincheras del frente de Aragón y en la convulsa Barcelona de la época. Escrito que resta heroicidad a la contienda, que desmitifica las batallas. Asimismo, «Homenaje a Cataluña» es una crónica política que ayuda a entender muchas cosas o que ayuda a ver y entender la incomprensible lucha intestina política del bando republicano. Por último, también es una extraordinaria fotografía de una España miserable plagada de personas virtuosas que impactaron al genial autor inglés. Lean, si les apetece, un pequeño texto que ya le dediqué en su momento a un fragmento de este libro en Cienfiebres.

2.- MALDITO UNITED (David Peace): dicen que es uno de los mejores libros que se han escrito jamás sobre fútbol. En mi opinión, se quedan cortos. Es uno de los mejores libros que se han escrito, así, en general. Tremendo. No me extiendo. Ya lo hice aquí.

1.- LOS CUERPOS DESNUDOS (Ramiro Pinilla): bueno, en cierta forma, ya contaba con ello. Ya contaba con que iba a ser, si no el mejor, de lo mejor que leyese este año tras haber disfrutado como disfruté con la primera parte de la trilogía «Verdes valles, colinas rojas». No me extenderé. Ya lo hice aquí.

* Éste es el único libro que he leído en 2015 editado en 2015.

PD: la foto es de mis Paredes que Hablan.

Yo, Asesino.

IMG_3967Asesinar por amor al arte. Al arte de matar, concretamente. Quitar la vida a alguien sin motivos, sin justificaciones, sin causas, sin razones o excusas. Hacerlo como performance estética, como conexión antropológica a una actividad inherente al ser humano. Matar para crear. Matar para ser.

Sobre esa tesis gira el magnífico (pero magnífico de verdad) «Yo, asesino» de Antonio Altarriba y Keko. Historietista y dibujante respectivamente que se complementan a la perfección con una historia realmente buena y unos dibujos perfectos para la misma.

Si en el mundo del cómic o de la novela gráfica españoles, siempre me sobreviene el nombre de Paco Roca como referente, imposible ya obviar a Antonio Altarriba. Su obra anterior, «El Arte de Volar», se convirtió en el mejor título del género que he leído hasta el momento. Y ahora, con este «Yo, asesino», vuelve a hacerme disfrutar de lo lindo a través de una temática radicalmente distinta a su predecesor.

Haceos, pues, con esta obra, «Yo, asesino», pero, ya, si eso, no sigáis al pie de la letra las magistrales clases de arte que nos transmite su protagonista, Enrique Rodríguez, ¿vale?