‘Chavs: la demonización de la clase obrera’. Algunas notas a vuelapluma.

chavs

Equiparar el vilipendio hacia lo chav (cani/choni) con el ataque a la clase trabajadora en general es la línea fundamental del libro ‘Chavs: la demonización de la clase obrera’ de Owen Jones como reflejo de lo que, a juicio del autor, está pasando en el Reino Unido. Son muchas las personas que intentan huir de la etiqueta clase trabajadora porque, efectivamente, ésta se ha convertido en sinónimo de chav (y lo hacen a pesar de que sus mismos orígenes, ingresos o trabajos sí se corresponden con la clase trabajadora). Se establece esta línea a lo largo de toda la obra como ejemplo del clásico «pobres contra pobres» que se explota desde determinados sectores políticos y mediáticos. Y, por todo ello, trata de desmontar en sus casi 350 páginas mitos como que todos somos de clase media, que la clase es un concepto anticuado y que los problemas sociales son, en realidad, los fallos de un individuo.

Este artículo pretende recoger algunas de las reflexiones que aparecen reflejadas en el libro, apuntar anotaciones a vuelapluma con las que trasladar algunas de las ideas que más me han llamado la atención del mismo y tratar de trasladar algunos de los aspectos más importantes que en él aparecen para generar debate al respecto. Asimismo, creo a ciencia cierta que todo lo que se refleja en ‘Chavs: la demonización de la clase obrera’ es perfectamente extrapolable a España u otros países de nuestro entorno por lo que le otorgo un gran valor habida cuenta de la realidad que nos rodea.

Tras estas anotaciones a vuelapluma, mi siguiente paso será intentar desmenuzar mucho de lo aquí apuntado en clave Educación Social para la bitácora EducaBlog… Pero eso será en los próximos días… Ahora, algunas notas sobre ‘Chavs: la demonización de la clase obrera’ de Owen Jones.

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(Re)Pensando la Exclusión/Inclusión Social a vuelapluma

notas

«No te diagnostico cáncer porque no hay camas en el hospital».

«No existe economía pública que soporte dedicar una gran cantidad de dinero a sectores donde hay poca población como, por ejemplo, la infantil. Su alcance es muy limitado».

«Atribuimos a los otros ámbitos (sanitario, educativo… ) la responsabilidad de no entendernos, de no coordinarnos bien, etc… Pero, a lo mejor, lo que tenemos que tener clara es nuestra identidad profesional y nuestra propia identidad como sistema».

«No hay ningún decreto que diga qué es una úlcera. No lo dice un gobierno. Lo dice la comunidad científica. Sin embargo, en los servicios sociales no pasa lo mismo. Nos cuesta ponernos de acuerdo para decidir qué es exclusión social. De ahí la importancia de homogeneizar categorías o herramientas diagnósticas. Esto, entre otras cosas, explica nuestra debilidad como sistema: los decretos de los servicios sociales los imponen los políticos, no los profesionales».

«Si una persona tiene un cáncer, aunque se niegue a recibir tratamiento, no se le deja morir como un perro; en servicios sociales, sí. Es decir, se puede diagnosticar una situación de exclusión grave y que no haya intención de cambio por parte de la persona afectada. Que haya un diagnóstico no quiere decir que tenga que producirse un cambio».

«Igual que existe un salario mínomo, ¿no debería existir un salario máximo?».

«Es importante ser conscientes de que los y las profesionales de lo social costamos mucha pasta. Hagamos, pues, valer lo que costamos».

«A veces se escuchan críticas hacia inmigrantes que tienen internet, tratando de hacer ver qué vaya lujo que tienen. Son esos mismo inmigrantes que para pedir cita en extranjería tienen que hacerlo a través de la red».

«Educadores, trabajadores sociales… Somos proveedores de apoyo social».

«¡Se acabó la Pirámide de Maslow! Ya no hay jerarquía a la hora de evaluar necesidades».

«Sin establecer un vínculo afectivo, seremis incapaces de hacer un diagnóstico de exclusión social».

«No se forman psicólogos, trabajadores sociales, educadores sociales para proveer domicilios o aspectos materiales o tangibles; debemos centrarnos en lo social, en la competencias personales. Lo que se da (empleos, RGI… ) derivado de las leyes, es un déficit de los servicios sociales o de las atenciones en el ámbito de la exclusión social».

Sí, un cuaderno de notas para precisamente ésto, coger a vuelapluma ideas, reflexiones derivadas de mi participación en una formación en la que se nos presentaba una herramienta de diagnóstico de las situaciones de exclusión social y que, además, sirvió para (re)conceptualizar y (re)pensar este concepto. Esto, como digo, son sólo algunos de los pensamientos lanzados por una gran profesional, Izaskun Ormatexea, al respecto, y cazados por este que escribe en este cuaderno.

Compartiremos y maduraremos estas notas de forma que, más adelante, me pyueda explayar de una forma más profunda e intensa en el blog en el que habitualmente escribo de estos temas, EducaBlog, el blog de la Educación Social.