Es un muñeco patizambo que no se concentra porque no le dejan los otros juguetes; los juguetes del campo, las avestruces y los menores; los hijos que asoman por debajo de la carreta, los nietos que emergen de debajo de la tierra.
Es un muñeco patizambo que simpatiza con Brasil, que tiene un elixir preparado para combatir el frío; que tiene un perfume para bajar a la playa; que tiene un sombrero marrón para ir al salón.
Es un muñeco patizambo que se inscribe en clubs, que colecciona puffs, que bebe seven ups.
Es el muñeco patizambo que nos quiere, que nos ama, que nos destroza por dentro y nos inquiere por fuera: ¿cómo estáis cuando yo no estoy?