Trilogías [Listas Tontas]

Yo qué sé. Hoy me ha dado por los tríos. Por hacer una lista tonta con trilogías. De libros. Unas tristes trilogías. Que no son tristes. Es por la reverberación. Que me callo. Trilogías:

La última: Vernon Subutex, Virginie Despentes. De un tipo que regentaba una tienda de discos, le desahucian, tiene que tirar de viejos amigos para ir tirando y se acaba convirtiendo en un gurú. A grandes rasgos. Me la empecé por una serie que me pareció floja. La trilogía está bastante bien.

La que se puede leer por separado: Las Saturnales, Pío Baroja. El cantor vagabundo, Miserias de la guerra y Los caprichos de la suerte. Bueno, más o menos. Que se pueden leer por separado, digo. Muy barojiana, claro. Muy de crónica, de una época, de un momento. A veces asusta ver ciertas similitudes con los años 30 del siglo pasado y la actualidad.

La de la guerra civil: La forja de un rebelde, Arturo Barea. Bueno, los dos primeros volúmenes no lo son (La Forja y La Ruta) no lo son (el tercero, La llama, sí). Debería haber dicho la biográfica o autobiográfica. Barea cuenta buena parte de su vida y, a la vez, buena parte de la historia de España desde finales del XIX hasta la guerra civil.

La de la adolescencia: El Señor de los Anillos, J.R.R. Tolkien. Y la que me he leído dos veces. Y con la que lo flipé al máximo, claro. Juegos de rol y todo el rollo. Aquí la versión cinematográfica sí estuvo a la altura.

La máxima: Verdes valles, colinas rojas, Ramiro Pinilla. Pues eso, la más enorme, la más intensa y compleja. Y clarividente y cercana. La que me quiero volver a leer este año. Pinillismo.

La siguiente que va a caer: Trilogía de Tokio, David Peace. Pronto va a salir – por fin – en castellano el tercer tomo, vía Hoja de Lata. Los dos primeros (Tokio año cero y Ciudad Ocupada) esperan inmaculados en la estantería a que se complete el trío. Ganas.

¿Y las vuestras?, ¿qué lista de trilogías literarias haríais?, ¿hay algo que distinga la trilogía, una historia contada en tres tomos, frente a una en un sólo tomo aunque en total sea la misma extensión?

*¿La imagen? De las Paredes que Hablan.

Donde hay confianza da asco

No sé si a vosotros también os pasa, pero creo que somos demasiado exigentes con las personas que tenemos más cerca. Lo pensé el otro día al acabar la lectura de un libro escrito por un autor conocido y al que aprecio. Tengo la sensación de que lo leí presto a encontrar fallos, a detectar errores, predispuesto a darle más caña. Creo que es un comportamiento inconsciente que no me surge ante las obras de escritores a los que no conozco personalmente. Es como si por el hecho de que sea una persona cercana quien ha tenido la facultad de conformar una historia por escrito, haya que atribuirle una especie de presunción de culpabilidad.

Podría decir lo mismo de amigos o amigas que forman parte de bandas de música. Escuchas sus composiciones con mirada aviesa, con el ceño fruncido, con una actitud más crítica, preparado para despellejarlo. Y, evidentemente, es importante cómo se encara, con qué predisposición se afronta una audición o una lectura. Porque luego puede sorprenderte, sí, pero hay muchas probabilidades de que la expectativa negativa se cumpla. La profecía autocumplida y tal.

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Cienfiebres Musicales: Cosecha 2020 (I)


Entramos en modo navideño. Ya hemos colocado el árbol en casa y estamos empezando a escribir la carta a los Reyes. Además de todo ello, una de las tradiciones cada vez más instauradas cada mes de diciembre es la de hacer las famosas listas resumen del año. Aquí, en el blog, desde hace unos cuantos cursos, a esta labor la llamamos Cosecha y año en curso. O sea, esta vez es Cosecha 2020. Y dado que este aciago año hemos estrenado el podcast Cienfiebres Musicales, qué mejor que repasemos esa cosecha acompañándola de algunas canciones.

De esta forma, durante este mes de diciembre dedicaremos cuatro capítulos a recopilar lo, en mi opinión, más interesante de cada una de mis fiebres. Este primer especial se centrará en fútbol, libros, pelis, documentales, cómics… si queréis conocerlo, dadle al play y, ya de paso, escucharéis estos temas:

OTIS REDDING: Merry Christmas baby
THE TIMES: (There is a) Cloud over Liverpool
MANO NEGRA: Santa Maradona
ZAHARA: Caída libre
JAVER SUN: Reginald Perrin
FINO OYONARTE: La deriva
LONE STAR: Quiero vivir en libertad
BELLE & SEBASIAN: The Loneliness Of A Middle Distance Runner
CARLOS BERLANGA: Indicios de arrepentimiento
THE END: Cardboard watch
EDDIE HARRIS: Listen here
THOSE PRETTY WRONGS: Empty city
TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO: Barca quemada

“Si no lo ocupamos [el pensamiento] en algún tema que lo embride y contenga, se lanza desbocado aquí y allá, por el campo difuso de las imaginaciones”.

Ayer me sentí retratado con el hipocondríaco de Pantomima Full. Hoy con este fragmento del ensayo De la Ociosidad de Michel de Montaigne, ya que, de alguna manera, describe muy bien a un Cienfiebres.

Cienfebristas Ilustrados: Iñaki Uriarte

Ando leyendo los Diarios de Iñaki Uriarte, en la edición completa que sacó el año pasado Pepitas, y en una de sus entradas viene a decir que, a menudo, se producen conexiones entre lo que percibes y piensas en un momento determinado con algún fragmento que te topas en un libro que te puedas estar leyendo entonces. Dice que «lo explicarán las leyes de la estadística, pero da la impresión de que se ha producido un efecto telepático que otorga a la lectura un aura casi mágica». Así, Uriarte abunda en que «si se trata de ideas, es todavía más grave. Estoy seguro de no haber pensado ni dicho nada en mi vida que no pudiera encontrar en un libro al cabo de unas pocas horas».

No vengo aquí a reafirmar o a contradecir esta percepción del mencionado autor, aunque, curiosamente puedo reforzarla ante el hallazgo de otros fragmentos de estos diarios que conectan directamente con lo que es, en mi opinión, ser un Cienfiebres. Es decir, aquí la conexión no es con anécdotas, imágenes o ideas. Creo que hay un vínculo con una forma de ser y de comportarse. Creo que Iñaki Uriarte es un Cienfiebres.

Por ejemplo, esta entrada de su diario que, directamente, podría pegar yo en la cabecera de esta bitácora para explicar qué es un cienfebrista, cómo somos los cienfebristas:

¿Más? Pues justo seguido al texto anterior, me encuentro con esta vehemente declaración de Uriarte contra unos, en general, respetados valores con los que, personalmente y más aún de unos años a esta parte, cada vez comulgo menos. O sea, que fue conectar con lo anterior y que una nueva sensación electrizante me sacudiera tras leer esto:

Una última prueba para demostrar que el señor Uriarte es cienfebrista o que yo quiero que lo sea; quizá lo quiera, añado, porque envidio su capacidad de escribir o su capacidad de jactarse de vivir de las rentas de una forma tan elegante a la par que sencilla. Eso sí, en este último caso y volviendo a su fragmento, me veo en la primera frase; en el siguiente párrafo creo que me veré reflejado en pocos años.

Iñaki Uriarte no ha sido el primer Cienfebrista Ilustrado. El primero fue Hans Castorp, el protagonista de ‘La montaña mágica’ de Thomas Mann, como ya os conté aquí, aunque entonces no le añadiese ese epíteto. Iñaki Uriarte es el primer Cienfebrista Ilustrado de No Ficción, pese a que hay quienes llegan a dudar de esto, como dice Jordi Gracia en el fragmento de su reseña de los Diarios que aparece en la contraportada de mi edición («Acierta tantas veces y tan a menudo que se siente la tentación de creer que es un personaje de ficción«).

Yo secundo. El otro día le decía a Joel López Astorkiza, el creador de esa especie de audioblog que es Sin Estudios, que Uriarte sería el típico tuitero que se hincharía a favs y RT’s gracias a sus afiladas sentencias, tan apropiadas para esa red social. Es el clásico al que después de leer te dices «¡Qué cabrón!».

Pues ese cabrón es un Cienfebrista. Él mismo me lo está demostrando en sus Diarios. Un Cienfebrista Ilustrado. Si en el futuro encuentro otros así, con los que se produce este chispazo, descuidad: aquí los traeré. Como buen cienfebrista.

* Foto de Pedro Urresti, para el Diario Vasco, donde la encontré.