Esquila tu talón de Aquiles

Erizos sin púas bailan unas melodías:
El baile del Donbás.
Saca a bailar a la chica de Lugansk,
no tiene rostro, pero te sonríe igual.

El calcio Amino 20
te protege de los roentgen.
El calcio Amino 20
lo tomaba a cucharadas.
Saca, pues, a bailar a la chica de Lugansk.

Esta sería la letra que Georgie Dann compondría
si hiciese una canción de verano dedicada a los pueblos eslavos.
Sería una balada estival de amor entre independentistas pro rusos y chicas radiactivas.

Ellas aman con fulgor y ese amor es un profiláctico para que no hagas el mal, ruso invasor.
¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?

Que igual esto no tiene su aquel, ni su éste ni su ése, pero a ver cómo desinhibir un sinvivir.

¿Buscando recursos? ¿Recaudo fondos para, en el fondo, no caer en lo más hondo?
¿Recaudo fondos, en el fondo, para lo que surja?
No quiero parecer injusta.
Un sinvivir.

Tendré cuidado, pues, no me echen polonio en el té,
mientras tomo un refrigerio en Cracovia,
leyendo a Szymborska,
que no sé si sé.

¿Preventivo?, ¿profiláctico?
Dame polonio que quiero morir.
Dame Apolonio de Tiro, de Perge, de Rodas.
Apolonio Díscolo.
Ya llegará el verano, que decía mi abuela.

Díscolo Disco Stu. Filosofando siempre en tercera persona.
Filosofa tú pensando en los peces muertos que flotan en tus plataformas.
Filosofa do re mi so fa.
Filosofa tú. Cual infinitivo euskañol.
Ya llegará el verano.

¿Buscando recuerdos? Apolonio de Tiro. Pues me tiro a la piscina. Y el moco.
Y es que en el mismo garito de Cracovia
recuerdo lo mucho que tú pintaste para la Reina de Jordania.
Un magro Mago de Oz que ahora descansa en el Palacio de Raghadan
O una maravillosa Alicia en la corte de la Reina Rania.

Y todo quedó desdibujado
cuando pintaste para nosotros,
¡oh, Ángel Creador!

¿Lo he dicho? Si cuento esto es para tirarme el moco.
De pavo, que no es poco.
Y para recordar que también jugué a editor
que jamás se atrevería a publicar nada de sí mismo.

¿Abominas de ti mismo?
No, mujer, tampoco es eso.
¿Infravaloras tus creaciones?
No, hombre, no exageres.

Rebobina, pues, y esquila.
Es tu Talón de Aquiles.

Esquila tu Talón de Aquiles es pura poesía.

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Si lo escuchas, incluye poema de Sergio Algora y canción de El Niño Gusano.

La miel del oso antes de cazarlo

Algora nació un 17 de enero. Como yo. Como Stephin Merrit. Como Eskurza. Tuve una novia que siempre me hablaba de fútbol. A nuestra 2ª cita no pude ir porque andaba yo con gripe. Me llamó por teléfono cuando no había móviles. Al fijo. El mío era de rueda. Como el vino. De ruleta. Como la rusa. Como la ensaladilla. como la de la fortuna. ¡Qué suerte! ¡Qué maja! Como Merrit y sus campos magnéticos.

Aquella novia sabía fijo – como los teléfonos – quién era Eskurza. No quién era Merrit. Era muy del Athletic. Pero no tanto como para saber su cumple. El de Eskurza. Yo sí. Porque también era el mío. Y el de Algora. Y el de Stephin.

Aquella novia también me llamó por mi cumple. Al fijo. Seguro que a Algora y a Eskurza también les llamaron sus novias. Fijo. A Merrit, su novio.

Ay… Siempre hablando de fútbol.

Pues ponte a dieta.

Prueba con la crema de anacardos, jengibre y naranja. Hazte un tatuaje en el brazo con la palabra Resiliencia, que no es la madre de la ciencia. Pero casi. Fijo.

***

No te rías, hijo mío. No te rías con risa de villano.

La risa de malvado de Telmo me gana por la mano.

Y, por eso, a él, precisamente, le digo, a él le insisto:

“Ojo, no te rías, hijo mío: puede ser una oveja bombera”.

“Sí – dice él – porque es blanca”.

Lógica cromática infantil. Resiliencia.

Después, un picnic no caleidoscópico. Con Misa, Sami y Otto. Sus muñecos. Misa y Sami comparten sílabas. Otto es palíndromo.

Lógica lingüística infantil. Paciencia. Ya acaba.

Misa es de Nico. Nico es de misa. Que no se entere. Escribo misa así, como celebración eucarística, no caleidoscópica. Misa es de Nico, Nico es de misa, aunque no celebre, aunque le guste celebrar. Picnic de transustanciación.

Lógica eclesiástica infantil. Enemiga de la ciencia. 

Lo que ella diga, a misa. Misa no es como el oso ruso aquel. Qué pena ser ruso hoy. Qué pena ser ucraniano hoy. Están cansados de ser como son. El mundo eslavo, señor. Yugoslavija me gusta más.

***

Miel de oso. Miel del Oso. Miel del Oso de León.

Me he equivocado. No volverá a ocurrir.

Eso dijo el Rey. De este hombre no habrá fotos en las enciclopedias. Todos sus trofeos son polvo en las estanterías.

No volverá a ocurrir. Me he equivocado.

Es miel del Bosque. Siempre hablando de fútbol. No volverá a ocurrir.

Es miel de bosque. De León, pero de bosque.

Me he equivocado.

No se puede vender la miel del oso antes de cazarlo.

La miel del oso antes de cazarlo es pura poesía.

***

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El audio contiene poema de Sergio Algora y canción de El Niño Gusano.

El palo que pinta en tute

Homenaje Neperiano. Eneko dirá me la coges con la mano. Pura poesía. Como un niño. Lúdico, lúcido, lucido.

Homenaje Neperiano. Escrito a mano. De verdad. Para practicar la caligrafía. Como los cuadernos Rubio. Como un niño. Lúdico, lúcido, lucido.

Homenaje Neperiano. Lo escribo y lo leo. Leo. Como un niño. Del parque. Rubio. Como los cuadernos. Juega con los míos. Lúdico, lúcido, lucido.

Un diario que no lo es. No es y no sirve para nada. No es utilitario. Como un Panda. Pero con detalles. Los que me da abrir un libro al azar. De Algora. Los que me da escuchar una canción al azar. De Algora.

Escrito a mano en un almanaque. Iluminado por un quinqué. Sintiéndome un alfeñique. Falso. Ni me siento ni me ilumino. Pero sí escribo en un almanaque. Y sí hay un rinoceronte al lado. De juguete. Lúdico. De los míos. Los que juegan con el rubio. Con Leo.

Leo y escribo, escribo y leo en un almanaque que lleva impreso el número 2222. Cortesía de un vasto lugar donde curró Algora. Más detalles. Lo que son las fiebres, oiga.

***

Un camarero sudamericano saca las mesas de la terraza. Y las sillas. Un camarero sudamericano canta la fiesta de Blas. Y la tararea. Y lo escucho a vuelapluma. Y lo anoto a vuelapluma. Y a vuelapluma, con las prisas, dibujo la O de LO como el signo de la paz. Sea con vosotros.

Pero no sé dibujar. Ni escribir. Pero me divierto. Y lo hago a mano.

Homenaje Neperiano. Lo que son las fiebres, oiga.

***

La fiebre surge de un fresco. Que no soy yo. De un bodegón. Que no soy yo. Que no está pintado. Porque no sé pintar. Ni dibujar. Ni escribir. Pero me divierto.

Surge de una foto. Que he hecho yo. Para hablar de una fiebre. Y escribir sobre ella. A mano. 

Me la coges. 

Neperiano.

***

La foto es la portada de las letras de Algora. Instigadora, propulsora, motivadora, generadora, agitadora, inductora, promotora…

Inspiradora. Snif.

De este vómito. 

***

Junto al libro:

la taza que le compramos a mi abuela.

La foto de Carlos Martínez que su hermano le regaló a Nicolás. El mío.

Una revista caleidoscópica.

¡Qué bonito! Es una ilusión. Hipnótica. Óptica.

Sí, pero tengo tensión ocular por una gruesa córnea. 

Entonces, ¿cómo vas a saber dibujar, escribir, leer? 

Pues a dos carrillos.

***

Y le contesto a Javi: ES NUESTRA DIVA DEL ALMA. A un mensaje en el que él sólo decía: AY, MUCHACHO. Y me ha respondido: LA MADRE QUE LA PARIÓ.

A vuelapluma recupero mensajes no escritos a mano. Rescates sueltos de redes. Pesca de arrastre.

Pues… ¡ARRASTRO!

Se dice cuando tiras una carta del palo que pinta en tute.

El palo que pinta en tute es pura poesía.

***

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Si lo escuchas, tendrás de extra un poema de Algora y una canción de Tras el Francés escrita por él.

Cienfiebres Musicales #63. Homenaje Neperiano. Kilómetro Cero.

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Hemos venido a jugar. Sin bajar del autobús. A jugar y loar. A Algora. Al algorismo. Homenaje Neperiano. El teaser, el conato, el kilómetro cero. El juguete tiene la siguiente banda sonora:

EL NIÑO GUSANO: Pelícano
INDICE DE CUBA: Sed de ti
TRAS EL FRANCES: Nuez amarga
EL NIÑO GUSANO: La mujer portuguesa
CANGREJUS: Erizos
MUY POCA GENTE: Zuecos
LA COSTA BRAVA: Dos ostras
FRANCISCO NIXON: Normandía y Algora
EL NIÑO GUSANO: La pobre niña

HANK IDORY: Mancini, tú y yo
THE WHO: I need you
CHARADES: Un lugar de los dos
NACHO VEGAS: Ramon In

MAGIA BRUTA: Un día nuevo
THE RED, PINKS & PURPLES: Let’s pretend we’re not in love
ADEFESIOS: Corazones atolondrados
LOS NO: La llave

THE ROULETTES: Soon you’ll be leaving me
LOS FLECHAZOS: Viviendo en la era pop
SYL JOHNSON: Is it because I’m black

El verano de las ratas

Veo mis pies a través de las cristalinas aguas de la cala. No hay algas, la mar no está revuelta. Algunos pequeños peces. Arena  finísima. Entorno espectacular, natural, bello, idílico.

Veo a otros bañistas. Piel dorada, cuerpos escultóricos, pelazos, trajes de baño impolutos y a la moda. Incluso aunque emerja alguna calvicie y alguna barriga, mantienen un halo de cierta clase, no desentonan en ese entorno.

Veo las escasas edificaciones circundantes. Casas bajas, con amplios jardines y enormes ventanales orientados al océano. Bonitas bicis aparcadas en la  entrada. Un precioso labrador de pelaje blanquecino retoza junto a la piscina.

Me sobreviene un fragmento de la canción “Siempre brilla el sol” de Guille Milkyway:

Y todas las mañanas (voy a salir)

A ver si me haces caso (y quieres venir)

A pasear en bicicleta, por el pueblo,

El mar es tan bello desde allí…

Veremos las barcas,

Que durante el verano descansan

Y dejan paso a los chicos que hacen surf con frenesí…

Me gusta ver mis pies entre el agua cristalina, la gente guapa, las bonitas casas de verano y la canción de La Casa Azul. Me gusta verme aquí, pero no puedo evitar que me invada una sensación como de que, en realidad, no formo parte de todo esto, que este no es mi verano, que este no era mi verano. Mi verano era, fue otro. Nuestro verano. El verano de las ratas.

Veo un autobús atestado hasta los topes, en el que huele a sudor, a tarteras con tortilla, a botellas gigantes de refrescos gaseosos. Niños gritando, adolescentes con acné, viejos con hamacas y camiseta Abanderado estilo Imperio. Riñoneras de cuero y bañadores cantosos. Media hora o más de viaje.

Veo una bandera roja. Agua revuelta, sucia, espumosa. Cielo plomizo. Playa grande. Algas, maderas, botellas de plástico. Un parking lleno. Radio cassettes portátiles con música bakaladera o jevi o de rock urbano. Litronas. Miradas desafiantes entre cuadrillas. Barrigas. Calvas.

Veo altísimas chimeneas. Humo. Mal olor. Arena tiznada de residuos de coque o lo que sea que sale de la refinería. Piel oscurecida que vuelve a su color natural cuando te duchas al volver a casa, tras otro largo viaje en autobús en el que los olores se han intensificado.

Me sobreviene un fragmento de la canción “Ratas en Bizkaia” de Eskorbuto:

Somos ratas en Bizkaia

Somos ratas contaminadas

Y vivimos en un pueblo

Que naufraga, que naufraga, fraga, fraga

No me gusta el autobús, ni las nubes negras en verano, ni el moreno desapareciendo de la piel por el desagüe de la bañera. No me gusta todo eso, pero no puedo evitar vivirlo como propio, sentir que ese era mi verano, nuestro verano, el verano de las ratas.