Cosecha 2018. Los libros.

Nuevamente, si no se me olvidó anotar ninguno, me sale que este año han caído 23 títulos de diferentes géneros, en diferentes formatos y demás. A continuación, destacaré los que más me han enfebrecido en función de las diferentes temáticas y demás…

Literatura Pop. Tres obras me he leído con la música, grupos y demás como hilo conductor y de ellas destacaría en este listado «Atardecer en Waterloo» (Manuel Recio, Iñaki García) Excelsa biografía sobre los maravillosos Kinks, escrita con mucho estilo y muy profusa en todo tipo de datos.

Novelas Infantiles. Lo pongo así intencionadamente, llevando a engaño. No he leído novelas dirigidas al público infantil sino, más bien, novelas en las que los niños son los grandes protagonistas. La motivación que me llevó a ello fue el acercarme al principal colectivo de personas con las que trabajo a través de la literatura. Este serial, finalmente, se redujo a dos títulos (en pendientes tengo unos cuantos más para el 19), los cuales, me gustaron tanto que quiero destacar a ambos: «República luminosa» (Andrés Barba) y «Chavales del arroyo» (Pier Paolo Pasolini)

Novelas hilarantes. No sé me ocurre otro término para incluir aquí los maravillosos «Marcianos» (Sergio Algora, Oscar San Martín, 2018) y el – un tanto decepcionante – «Amor se escribe sin hache» de Enrique Jardiel Poncela.

Ensayos (o así). Relacionado con mi trabajo también, ha caído el ya, para mí, imprescindible «Aporofobia, el rechazo al pobre» de Adela Cortina; luego, no pregunten por qué, me dio por leer cosas (dispares) sobre la contracultura, dejándome muy buen sabor de boca «Rebelarse vende. El negocio de la contracultura» (Joseph Heath, Andrew Potter) y no tan bueno los dos primeros volúmenes de «Poder Freak» (Jaime Gonzalo); un hueco para la guerra civil, claro, con el muy recomendable ensayo-relato periodístico «Si me quieres escribir» (Pedro Corral) sobre la batalla de Teruel y la gloria y el castigo de la 84ª Brigada; añadiría también una curiosa obra de Gay Talese titulada «El Puente» (qué bien escribe el tipo para que te engatuse con un reportaje sobre la construcción de grandes puentes en Estados Unidos) del que guardaré un recuerdo muy especial ya que me lo leí en el hospital, durante las primeras horas de Telmo entre nosotros; y, finalmente, destacaría la novela, supuestamente de no ficción, «El maestro Juan Martínez que estuvo allí», libro de Manuel Chaves Nogales basado en las entrevistas que mantuvo con un bailarín-cabaretista que vivió en primera persona la explosión de la revolución rusa. Posiblemente el (pseudo) ensayo con el que más he disfrutado este 2018.

Fútbol. Curiosamente, pese a haber incrementado mi biblioteca sobre esta temática gracias a un tuit, este año sólo he leído un libro relacionado con el deporte rey. Eso sí, me atrevería a decir que, posiblemente, sea el que más me ha gustado de los 23 títulos que han caído o, al menos, el que más me ha emocionado. Se trata de «Hijos del fútbol» de Galder Reguera. Simplemente maravilloso.

Cómics. Creo que han sido cinco los que he leído en este formato y, de los cinco, el título que elijo a destacar es, sin duda, el de «Wilson» de Daniel Clowes. Un nuevo anti-héroe a idolatrar (o repugnar) para este año. Destacaría también, por el valor simbólico que tiene, el fantástico «Los puentes de Moscú» de Alfonso Zapico basado en la entrevista entre los (antagónicos) Eduardo Madina y Fermín Muguruza.

Otras novelas. Sin saber ya dónde encajar, quedan por ahí tres obras que las meteremos en la estantería novelas. Y de las tres, me quedo para esta lista-tonta con «Sumisión» de Michel Houellebecq, siendo, además, mi primer acercamiento a la obra del autor francés.

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