Este 2018 entrante el Athletic Club de Bilbao cumplirá 120 años. Es decir, hace dos décadas, el insigne equipo rojiblanco celebró su centenario. Este 2018 entrante yo cumpliré 40 palos. Es decir, cuando el Athletic celebró sus 100 años yo tenía 20. Cuando yo tenía 20 años, es decir, hace casi 20, mi mirada estaba puesta 19 años más adelante, o sea, en 2017. Cuando el Athletic celebraba su centenario supongo, que no me acuerdo bien, los actos para dicha onomástica se sucederían en toda la provincia: homenajes, charlas, logos, partidos especiales, etcétera… y yo elucubrando cómo sería el 2017, el año en el que mi equipo, el Barakaldo CF, celebrase los 100 años. Ese año acaba mañana y lo que sí es cierto es que el centenario del Baraka ha sido especial pero, desgraciadamente, no de la forma que uno hubiera esperado.
Y eso que la cosa empezó bien. A principios de enero se inauguró el Centenario del Barakaldo CF con una muy emocionante gala en el Teatro Barakaldo. En dicho acto, se rindió homenaje al pasado y al presente de la institución, se miraba al futuro con ilusión, se respiraba una bonita cohesión social e incluso, deportivamente, pese a que en aquellos momentos la marcha del equipo no era la mejor, los logros alcanzados en la campaña anterior le llevaba a uno a sentirse optimista. Eran los primeros días del primer mes de 2017, del año del centenario de nuestro querido club. Días de vino y rosas. Pocas semanas después, todo saltó por los aires.
La destitución por parte de la actual directiva del Barakaldo CF del hasta entonces entrenador, David Movilla, supuso un cisma en el seno de la entidad. Esta decisión fragmentó a la, ya de por sí, diezmada masa social gualdinegra. Deportivamente, la incorporación de Gonzalo Arconada como inquilino del banquillo de Lasesarre en sustitución de Movilla, no mejoró el devenir del equipo que se salvó matemáticamente del descenso a tercera en la última jornada. Ante tal medida, además de lo enrarecido del ambiente, se sucedieron los dimes, diretes, ruedas de prensa, comunicados, asambleas extraoficiales, asambleas oficiales y denuncias. El centenario, insisto, a tomar vientos.
Por más que a partir de todo aquello se tratase de devolver a la entidad una cierta tranquilidad y que se organizasen actos para celebrar el cumpleaños, todo se había ennegrecido demasiado. Muchos con el cuchillo entre los dientes ante cualquier movimiento de los otros y los otros en una actitud absolutamente a la defensiva ante cualquier comentario de los muchos. Los socios y socias del Barakaldo CF, insisto, partidos por la mitad.
La llegada de Larrazabal como nuevo máximo responsable técnico con el inicio de la nueva campaña tampoco es que haya generado especial ilusión. Personalmente, no veía ni veo ahora un bagaje y una experiencia en el de Loiu como la que me hubiese gustado para dirigir la nave gualdinegra, aún más cuando las aguas bajan turbulentas por Galindo. De hecho, muchos rumores apuntan a que la venida del ex lateral izquierdo del Athletic responden más a intereses económicos que a deportivos, toda vez que al Barakaldo le toca indemnizar al ex míster, Movilla, con casi 83.000 euros, después de que la justicia haya acreditado, en dos instancias, que el despido del entrenador fue improcedente.
Sea como fuere, la temporada 17-18 ha empezado de forma irregular, poco ilusionante, pese a que justo al final de año se ha recuperado algo de fuelle de cara a afrontar la segunda vuelta. Esa desilusión se entremezcla un poco con una sensación de frustración dado que se tiene la impresión, en general, que este año el equipo goza de una plantilla llamada a hacer grandes cosas. Quizá tenga que ver el tema del apotema que, de una forma u otra sigue sobrevolando todo el entorno del club.
Y el centenario, decíamos. Pues, volviendo al principio, creo que no nos hemos acercado a lo que consiguió el Athletic hace casi 20 años.Obviamente, ese no podía ser el objetivo por una mera cuestión de que nuestro club no dispone de los mismos recursos ni de los mismos apoyos que la entidad de Ibaigane. Pero, a pesar de ello, no sé, me quedo con la sensación de poca capacidad de creatividad, de implicación, de iniciativa. Y lo digo a sabiendas (de manera directa) de la existencia de una comisión del centenario a la que, me temo (la abandoné antes de que empezasen a concretarse asuntos), no se le ha hecho caso en muchas de las propuestas que se planteaban. El partido del centenario contra el propio Athletic (cuando en asamblea se había sugerido que fuese otro rival), cobrando a los socios, con un logo elegido de una forma, cuanto menos, poco profesional, poca visbilización en la calle, pocas actividades para difundir la efeméride por el pueblo, por sus barrios… ni un documental, ni un serial de entrevistas, ni un… no sé. Quizá (lo pensaba esta mañana mientras asistía a contemplar un partido entre la primera plantilla y jugadores históricos que han vestido la zamarra gualdinegra, una bonita iniciativa, por cierto) esta impresión sería distinta si toda la movida iniciada en marzo, si la división del club, de su masa social, etc, no hubiese ocurrido. Creo que si nada de esto hubiese pasado y las actividades para conmemorar los 100 años hubiesen sido las mismas, el sabor no sería tan agridulce como el que ahora tengo, a poco más de 24 horas de que acabe el año del centenario. Inolvidable ha sido, eso seguro, aunque, visto lo visto, mejor olvidar.
Y si nos ponemos beligerantes, ¿a quién culpabilizar de todo este desaguisado, a quién responsabilizar de que el centenario sea como haya sido, sobre todo en cuestiones que no deberían haber tenido nada que ver con el mismo? Este club, el Barakaldo CF, pese a pertenecer a una ciudad de alrededor de 100.000 habitantes, lo vivimos muy seriamente mil y pico seguidores. Somos una pequeña localidad en la que todos nos conocemos y en la que el teléfono descacharrado funciona de maravilla, o sea, muy mal. Eso provoca que las versiones de unos y de otros circulen de un lado a otro golpeando a diestra y siniestra. Nadie explica nada. Nadie habla claro. Creo que la directiva lo tenía que haber hecho. Tenía que haber sido mucho más explícita a la hora de argumentar el porqué de una decisión que sabía (lo tenía que saber) que iba a alterar tanto a la institución. No vale que nos quedásemos con la coletilla de «os vais a enterar cuando se sepa todo». El centenario acaba y, de momento, lo único que sabemos, lo único objetivo en todo esto es que el Barakaldo CF, su actual junta directiva, ha sido condenada a indemnizar al anterior entrenador por despido improcedente. Eso le cuesta a las ya de por sí depauperadas arcas del club 83.000 euros aproximadamente, cerca de un 10% del presupuesto anual, pese a que este gasto ya se ha contemplado en el presupuesto de la temporada actual. ¿Responsabilidades? No.
En fin, voy a dejarlo ya. Mi intención era exponer que este año estaba marcado en rojo en mi calendario vital-gualdinegro y que, desgraciadamente, se ha ido al garete. Que no es más que una fecha, que intentaremos disfrutar del año 101 y del 102 y del 103…, que a pesar de todo, seguiremos estando ahí (subjetividades emocionales a menudo incoherentes que a uno le hacen mantenerse con lo que ama) y que ojalá en la cosecha 2018 el tono pueda ser otro bien distinto, aún con la certeza de haber tenido el privilegio de vivir una efeméride que ya no volveré a vivir.
¿Hay vida balompédica más allá del Baraka? La hay, en clave red, claro. La era Klopp del Liverpool sigue su curso con ilusión deportiva (plagada de sustos) aunque un poco decepcionado porque el conjunto a la orilla del Mersey se sumerge en los preceptos del (odiado) fútbol moderno. Y sí, que ya sabíamos que jugaba en esa liga (y nunca mejor dicho) pero quizá es que aún ando un poco resquemado con la noticia de hace apenas 48 horas de que el Liverpool FC ha pagado la friolera de casi 84 kilopondios al Southampton por el defensa holandés Van Dijk, convirtiéndose desde entonces en el zaguero más caro de la historia. Y que sí, que se me pasará, que además era necesario reforzar esa línea (¿por tanto?) y que si el tulipán funciona y la defensa se arregla puede ser un equipo llamado a ganarlo todo habida cuenta de la calidad que atesora de tres cuartos de cancha para adelante, etc… pero que, pffff, que sigo prefiriendo a mi Baraka, con todos sus defectos, que este tipo de movimientos.
Y eso, que este 2017 se ha producido la barrabasada padre en lo que se refiere a tema pasta con el obsceno traspaso de Neymar al PSG, movimiento que, al fin y al cabo, un equipo como el Liverpool, acabe pagando equis por un defensa. Por ello, porque más allá del Baraka, tampoco hay mucho más que me interese en el fútbol-espectáculo (pero no seré hipócrita: a ver si me bajo al bar a acabar de ver el Liverpool – Leicester) por lo que, tras todo lo dicho, aquí lo dejo.
* En la imagen, la preciosa camiseta del centenario del Barakaldo CF, lucida por el capitán del equipo, Galder Cerrajería, el día de la gala.
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