Un encabezamiento apelativo. Eso pretende el título de este post. Llamar vuestra atención. Sin mentir, eso sí. Yo fui portero del Barakaldo CF. En serio. Lo fui. Ese es uno de los grandes (sino el gran) titular a extraer del artículo que el pasado 19 de agosto se publicó en el fantástico blog del amigo Holden Caulfield, Crónica Deportiva Sentimental. Un texto que escribí para dicho espacio invitado por su autor que ha tenido la idea o iniciativa de conmemorar el centenario del club hacia cuyos colores profesamos afición común mediante escritos de corte sentimental o nostálgico. El propio Holden, en ese sentido, se ha salido de la tabla con una pieza particularmente emotiva titulada Cien historias mínimas que os recomiendo leer encarecidamente aunque no te guste el Barakaldo e incluso aunque el fútbol no sea de tu agrado.
Portero del Barakaldo, decía. Así es. Ese es el destacado de Mi puerta, el verdadero título del artículo. Con Mi puerta, en realidad, yo he querido rendir homenaje a todos los amigos que se rieron (con razón) de otra pieza que escribí, no sé, entre el año 1997 y 1999, titulada del mismo modo. Mis primeros pinitos frente a un teclado, hablando del Barakaldo, ay. Un incunable que, a veces, aunque no lo creáis, algunas amistades me han pedido que rescate. Desgraciadamente, no tengo de dónde. No sé dónde ni cómo acabó. Una lástima. Por eso, aprovechando la oportunidad que me brindaba el bueno de Caulfield, me decanté por hacer una versión 2017 de Mi puerta.
En fin, no me enrollo más. El anzuelo está lanzado. Recordad: yo fui portero del Barakaldo CF. En serio. Lo fui. Esto os ha de obligar a ir a Crónica Deportiva Sentimental y leerlo. Hacedlo pinchando aquí. Y ya daos un garbeo por el blog de Holden y, si os mola, recordad que también escribe (impresionantemente bien) de música en el ya mítico Fiasco Fiasco.
Ale pues.
* En la imagen, la portería del fondo de La Kábila, en el antiguo Lasesarre. Mi puerta.