Las fiebres musicales de enero (I)

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O qué sé yo. Una miscelánea para contar qué he escuchado, por qué lo he hecho (si es que lo sé) y, como novedad, proponer, compartir o sugerir las novedades descubiertas en estos primeros días de 2017 (aunque esto lo leeréis en otro post) Todo esto, adelanto, podría ser la base que conformase un futurible propósito para este año que me he marcado: hacerme (preparando risas enlatadas) podcaster (adelante, descojónense sin miedo) Hacer radio, si lo prefieren, desde casa. Pero bueno, de eso ya hablaremos. Al turrón.

Con todo, qué mejor forma de empezar que comenzar mencionando algo que no he escuchado. Sí. Y es que como todos los eneros, tengo por costumbre hacerme con el número de dicho mes de la revista Rockdelux. Esta publicación, además de traer las listas de ‘lo mejor del año’, viene acompañada con un CD que también trata de recopilar ese ‘lo mejor de’. Bien. Pues ese CD sigue en su plástico. Dicho lo cual…

Una de las noticias de este mes de enero ha sido que ha hecho frío. En serio. Así andamos, amigos. Puestos a asociar un género con este fenómeno atmosférico, no sé, a mí se me ocurrió aquella etiqueta que triunfó hará cosa de unos 5 o 6 años: la indietrónica. ¿Os acordáis? Yo tampoco. Bueno, el caso es que un disco gélido para días fríos fue ese estupendo «Neon golden» de The Notwist.

Cambiando radicalmente de tercio, este mes se ha degustado con bastante frecuencia a los Kinks. Y hablando de estos señores no hace falta dar mayores argumentaciones. Son los putos amos y listo. Diré, eso sí, que en mi fluctuante listado interno de canciones favoritísimas «Autumn almanac» ha pegado un importante subidón.

Se ha revisado a Bowie, claro, al cumplirse un año de su muerte. Especialmente, algunos de los discos que aparecían reseñados en este documental (que, desgraciadamente, ya no se puede ver a la carta) que emitieron en La 2 (del «Hunky dory» al «Station to station», si no recuerdo mal)

Un par de tardes con los Hollies también nos pegamos. En plan terapeútico. Y es que, joder, qué bueno es ese «Beat group!».

El amigo Aldana me dio a conocer Flake Music, el proyecto previo a los Shins. Y a ellos suenan, claro. Y una cosa llevó a la otra y disfrutamos, como siempre, del «Chutes too narrow» y, ya de paso, de lo nuevo de los Albuquerque. Pero eso lo comentamos en el otro post, va.

El señor Ranedo me hizo conocer a Los Auténticos. Y esta ha sido, quizá, la fiebre más intensa de enero. Una banda de Castellón que, hasta el momento, desconocía. Y una obra recopilatoria de su exigua discografía, «Polvo de estrellas», con la que he descubierto un pop con ecos a sonidos de los 60 con un toque nuevaolero fantástico. Temas como «La estrella», «Mi abuelo» o, mi favorita, «No me importa», guitarreros, pegadizos, adorables y deliciosamente ingenuos, una ingenuidad propia de la época. Una fiebre que me ha llevado a comprar esa edición que han sacado Lemuria Music con vinilo, tres CD’s (maketas, grabaciones y demás) y un extenso libreto con toda la historia de la banda de La Plana. Una adquisición que, confieso, me ha llevado a sentirme una especie de intruso a un tesoro que conocían unos pocos y a quienes, creo yo, irá dirigido un trabajo como el comentado. O sea, cienfebrismo advenedizo a tope. Y para acabar, una pregunta retórica: ¿de qué grupo que ahora idolatro podrán sacar dentro de 30 años o así un homenaje como el de este «Polvo de estrellas» de Los Auténticos?

Derivado de lo anterior, Los Pistones. La fiebre mencionada me llevó a ellos antes de tener en casa ese «Polvo de estrellas». Bienvenidos siempre Los Pistobes, por supuesto.

Otra de las noticias del mes ha sido, sin duda ninguna, la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los EEUU. Esto me llevó a ponerme a una de mis bandas favoritas de siempre y que, aunque a muchos no se lo parezca, una banda con muchísima carga política (y no precisamente en la línea de Trump): los House Martins. Tal es así, que por algún lado compartí, incluso, una arenga que aparece escrita en el libreto del «Hull 0 London 4»: ‘Don’t try gate crashing a party full of bankers. Burn the house down!’

Y escuché a los León Benavente antes de verles en el Antzoki. Un Antzoki que colgó el cartel de ‘No hay billetes’ para recibir a esta banda cada vez más consagrada y que, a día de hoy, empiezan a posicionarse como nuevos adalides del indie-mainstream (aunque estos, a diferencia de otros representantes del mismo, con bastante más mala leche) gracias, además de por sus discos, a unos directos arrolladores, como bien volvieron a demostrar en su visita a Bilbao.

Y hablando de preparar conciertos, ahora que acaba el mes de enero, hay que ir ambientándose ante la gran cita que tenemos el próximo día 24 de nuevo en el Antzoki. Que vienen los Teenage Fanclub, señora, y a estos hay que guardarles absoluta reverencia y a estos es un placer escucharles antes, durante y después por lo que a ello nos hemos puesto ya.

Bueno, hasta aquí. Seguido, mientras la familia duerme, preparo el post con las novedades de este mes de enero, ¿vale? Y ya lo leéis en otro post, ¿ok? En todo caso, con lo uno y con lo otro, ¿veis que todo esto con un poco de palique da para podcast? Pues eso, que lo sepáis…

2 comentarios en “Las fiebres musicales de enero (I)

  1. Pingback: Las fiebres musicales del mes o Mi Banda Sonora de enero (y II) | 100 Fiebres

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