2015. El año de Aylan. De los refugiados. El año en que aprendimos en francés eso del Je Suis. El año del Daesh, ISIS, del «autoproclamado» Estado Islámico. El año de Syriza y su referéndum de agua de borrajas. El año del procès catalán. El año en el que nuevas formaciones políticas irrumpen en ayuntamientos y comunidades, el año en el que el bipartidismo en España ha quedado muy tocado.
2015. El año en que mis hermanos de Educablog y yo sacamos las #Edusohistorias. El año en el que he vuelto a cambiar de curro. El año en que he vuelto a la universidad. El año en el que han llegado a la cuadrilla Ane, Ekaitz, Xabi y Nahia y en el que nos hemos enterado de otros nuevos y nuevas que llegarán en 2016. El año de Burdeos, Santiago del Campo, Cáceres, la Costa Brava, Segovia.
2015. El año marcado en Regreso al Futuro. El (enésimo) año festivo para los fans de Star Wars. El año del león con gamba. El año del Ministerio del Tiempo.El año de los GIF’s los memes y demás zarandajas.
Pero, sobre todo, 2015 ha sido el año en el que se fue Maxi, mi padre. Tres meses y cinco días después del fallecimiento de mi madre, mi padre decidió acompañarla. Esta marcha estaba prevista, no sé si antes o después, la verdad, pero no nos pilló excesivamente por sorpresa. Pudimos despedirnos. Despedirse de un padre, despedirse de una muy buena persona (como era, en mi opinión, el caso) es duro, es jodido. Es muy triste. Pero viene bien. Así como lo de mi madre sigue siendo un shock incomprensible, lo de mi padre está interiorizado y elaborado. El adiós de Maxi propició, dentro de lo negativo, momentos curiosos y bonitos con mis hermanos que para nosotros se quedan. Momentos que se dieron en las horas de hospital y en recientes fechas cuando hemos tenido que juntarnos para vaciar la casa de nuestros padres, nuestra casa.
En fin, 2015 queda marcado, para mí, por el adiós a Maxi, mi padre. Esta noche brindaré por él y por mi madre. Espero que los que leáis esto también lo hagáis por lo que os apetezca o por quien os apetezca. Y espero y deseo que 2016 sea un año buen en general para todo el mundo y que, a ser posible, no me venga marcado, como los dos últimos, por las ausencias de seres queridos.
¡FELIZ 2016!