Empezó la liga. Something changed.

Empezó la liga. Iba a añadir «por fin» pero me he cortado. Empezó la liga, decía. En Toledo. Típico rival chungo que no sabes si es mejor encontrártelo en la primera jornada o no. O sea, porque no sabes cómo afectará una posible derrota a las primeras de cambio en el futuro devenir de la campaña o, por el contrario, puedes pensar que mejor caer ahora, en el primer partido, que luego, más tarde cuando los puntos tienen más valor. Una auténtica gilipollez, sí, porque, al fin y al cabo, en el campeonato de la regularidad los puntos valen lo mismo antes, durante o después. Y una chorrada que afortunadamente pasa a un segundo plano cuando tu equipo gana y así no hay más diatribas al respecto.

Empezó la liga y el Barakaldo comenzó ganando. En Toledo, en el Salto del Caballo, una de esas canchas difíciles, una de esas escuadras llamadas a estar al final de la temporada en los puestos nobles. Ganó el Baraka y, por lo que he podido leer, convenció. O, al parecer, no sufrió en exceso. Ganó el nuevo Barakaldo de David Movilla, con un 3-4-3 fuera de casa y cuatro jugadores de la pasada campaña en el once inicial. Curiosamente, dos de ellos fueron los autores de los tantos, Galder Cerrajería, de penalti, y Alain Arroyo.

Cero a dos también nos pusimos en Toledo el año pasado y hace dos. Y en ambas ocasiones los manchegos acabaron remontándonos. Este año no. Este año se han sacado los tres puntos. Something changed, como cantaban los Pulp. Y me reafirmo en el cambio de suerte (imposible no pensar en la diosa fortuna si eres aficionado a este deporte y seguidor de un equipo aunque si me oyese el bueno de Brian Clough me tiraría de las orejas) al saber que esta temporada libramos la primera ronda de la copa precisamente por eso, por suerte.

A lo mejor nos ha cambiado el sino. A saber. No olvidemos que somos el Baraka y, por tanto, estos pequeños atisbos de buena ventura son perfectamente susceptibles de ser cercenados de buenas a primeras. Mantengámonos alerta porque, cuando más ilusionados podemos estar, ¡ZASCA!, nos pegan un collejón entre las orejas. Sí, igual peco de actitud escéptica, negativa o pesimista, esa a la que el bueno de Zebu siempre achaca que este club no tire para arriba. Ese talante que, por otra parte, casi se ha convertido en símbolo y patrimonio del Baraka. Esa postura que sí, definitivamente, alguna vez habrá que perder de vista.

Venga, por ejemplo, tratemos de hacerlo a partir de la foto que encabeza este texto. La misma fue tomada y difundida a través de Twitter por Unai Elgezabal, una de las nuevas incorporaciones de este año. Una instantánea protagonizada por las sonrisas de algunos de los jugadores gualdinegros que lograron la victoria ayer. Una fotografía que traslada alegría, unión y compromiso. O, al menos, así la quiero interpretar yo en este primer match del campeonato. Una foto que, a lo mejor, unida al 0-2, a la exención copera y demás, nos viene a advertir a los agoreros que algo ha cambiado, que algo va a cambiar. Veremos. Próximo episodio, el domingo a las 19:00 en Lasesarre, frente al Socuéllamos.

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