Como ya me encargué de promocionar durante los días previos, el sábado, además de jornada de reflexión electoral, era el día (la noche) del bolo de Cooper en el Satélite T y posterior turno para este Cienfiebres de seleccionar y poner canciones para la concurrencia al citado evento. Público que fue numeroso durante el concierto del que fuera líder de Los Flechazos, audiencia talludita en muchos casos y de evidente estética modernista.
El concierto de Alejandro Díez y compañía fue realmente bonito. Intenso, emocionante y en el que el leonés realizó un completo repaso a una discografía plagada de gemas pop aunque más centrado en su último trabajo, el EP «UHF». Un directo amable, cercano y muy bien ejecutado. Me gustó mucho.
En lo que a mi pinchada respecta, bien y mal. Como en anteriores ocasiones, me divertí eligiendo temas, divagando cuál es la canción adecuada para poner justo después de la inmediatamente anterior y contento (unas veces más y otras veces menos) al ver las reacciones del respetable. ¿Las que más gustaron desde mi subjetivo punto de vista? «Tender are the ashes» de The Honeybus, «Somebody stole my thunder» de Georgie Fame, «Shout to the top» de The Style Council y «I like» de The Divine Comedy creo que fueron las más celebradas por un respetable que, todo hay que decirlo, descendió notablemente al acabar el bolo.
Y mal, decía, porque no pude poner canciones todo lo a gusto que me habría gustado al estar siendo sometido a una, vamos a decir, silenciosa pero intensa presión por parte de los pinchadiscos que iban a poner sus temas después de mí. El caso es que me enteré de que compartiría esta actividad el viernes. No problem. Pero el, llamémoslo, conflicto radicó en que no se marcaron horarios y ni ellos ni yo sabíamos a qué tiempo atenernos. A pesar de ello, creo que, teniendo como teníamos horario hasta las 05:00 de la mañana, podrían haber sido algo más respetuosos hacia mí ya que cuando apenas llevaba poco más de media hora de sesión se me empezó a atosigar en plan «a ver si vas acabando». O igual será impresión mía, no sé, o será que yo no llevaba un look tan acertado o que no pinchaba con vinilo y, por tanto, se me podía exigir rapidez en mi turno. Sea como fuere, un borrón que tampoco ha de empañar el buen rato pasado tanto durante el concierto como desde la cabina.
Pingback: 26 de mayo. Mi Banda Sonora. | 100 Fiebres