Como otras mañanas, me despierto con una melodía en la cabeza. En esta ocasión, la de la canción «The right thing right» de Johnny Marr. ¿La razón? No sé, supongo que la escuché ayer al incluirla en «A house is not a home», playlist de Spotify en la que estoy recopilando todos los discos y singles que tengo en casa y que están en dicha plataforma, seleccionando una canción de cada uno de ellos. Ya falta poco para que la comparta con más ahínco. Prometo hacerlo cuando la acabe. Lo que sí me estoy dando cuenta es de que tengo mogollón de morralla en casa. Pero es mi morralla. Son discos que forman parte de mi biografía aunque ahora estén envejeciendo como el culo o sean álbumes que ahora me dan un poco de vergüencica. Pero ahí estarán, en la mencionada playlist y sólo desaparecerán de ella cuando venda alguno. He dicho. Por dónde iba… Sí… Johnny Marr. Bueno, pues a diferencia de jornadas precedentes no he puesto dicho tema pero sí algo parecido, el «Don’t forget who you are» de Miles Kane. A todo volumen, para despertar bien a los vecinos.
Del sonido del mozalbete scouser se podía acudir fácilmente a una de sus más evidentes influencias, los Beatles, y así lo he hecho, poniendo de acompañamiento para la ducha uno de mis favoritos de los Fab Four, el «Rubber Soul». Y luego, antes de marchar, algunas canciones de un recopilatorio que hay por casa de los Birds (con i latina) para acabar de activarnos del todo.
Este 17 de febrero ha acabado por ser muy alegre gracias a la llegada de Ane. Me habrá pillado sensiblón o lo que sea pero el caso es que el nacimiento de la hija de David y Mariló me ha emocionado. Amén de las consabidas felicitaciones, he querido homenajear a la recién llegada poniendo un disco de una de las bandas que más gustan al feliz aita, la Velvet Underground. El icónico primer trabajo de los neoyorkinos liderados por Lou Reed ha sonado a última hora dedicado a esta nueva miembro de la cuadrilla.
Esta ha sido la banda sonora de mi 17 de febrero de 2015.