Equiparar el vilipendio hacia lo chav (cani/choni) con el ataque a la clase trabajadora en general es la línea fundamental del libro ‘Chavs: la demonización de la clase obrera’ de Owen Jones como reflejo de lo que, a juicio del autor, está pasando en el Reino Unido. Son muchas las personas que intentan huir de la etiqueta clase trabajadora porque, efectivamente, ésta se ha convertido en sinónimo de chav (y lo hacen a pesar de que sus mismos orígenes, ingresos o trabajos sí se corresponden con la clase trabajadora). Se establece esta línea a lo largo de toda la obra como ejemplo del clásico «pobres contra pobres» que se explota desde determinados sectores políticos y mediáticos. Y, por todo ello, trata de desmontar en sus casi 350 páginas mitos como que todos somos de clase media, que la clase es un concepto anticuado y que los problemas sociales son, en realidad, los fallos de un individuo.
Este artículo pretende recoger algunas de las reflexiones que aparecen reflejadas en el libro, apuntar anotaciones a vuelapluma con las que trasladar algunas de las ideas que más me han llamado la atención del mismo y tratar de trasladar algunos de los aspectos más importantes que en él aparecen para generar debate al respecto. Asimismo, creo a ciencia cierta que todo lo que se refleja en ‘Chavs: la demonización de la clase obrera’ es perfectamente extrapolable a España u otros países de nuestro entorno por lo que le otorgo un gran valor habida cuenta de la realidad que nos rodea.
Tras estas anotaciones a vuelapluma, mi siguiente paso será intentar desmenuzar mucho de lo aquí apuntado en clave Educación Social para la bitácora EducaBlog… Pero eso será en los próximos días… Ahora, algunas notas sobre ‘Chavs: la demonización de la clase obrera’ de Owen Jones.
Los que opinan, los que hablan desde sus atalayas mediáticas lo hacen sin saber nada de ellos. Generan prejuicios. Y lo hacen sobre toda una comunidad, sobre toda una clase, en este caso la trabajadora. Lo hacen, además, sin fijarse que lo que insultantemente denominan como Chav (choni/cani) no es más que un fruto más de la desigualdad social.
De hecho, que la práctica totalidad de periodistas y políticos proceda de clases mesias-altas no les incapacita para empatizar con las clases más bajas pero, desde luego, cuentan con menos probabilidades de entender las realidades de las comunidades de clase trabajadora.
Cuando alguien de clase media comete un delito, ¿se demoniza a toda esa clase? Fraude a hacienda, evasión a paraísos fiscales… ¿se tratan igual, mediática y socialmente, estos delitos que los cometidos por alguien de la clase trabajadora?
No se puede negar que existen problemas en las comunidades de clase trabajadora pero, ¿a quién culpar?, ¿a sus integrantes o a las políticas de los sucesivos gobiernos que han provocado desindustrialización, paro, que han eliminado viviendas sociales, etc…? Si esto se admitiera, si se aceptase que unas personas son más pobres que otras a causa de la injusticia social requeriría una actuación gubernamental… Por ello es más fácil responsabilizar a la gente, a las personas en exclusiva.
¿Qué ocurriría si las cosas, las ofensas que se lanzan sobre los Chavs se dijesen sobre otros colectivos (homosexuales, inmigrantes… )? Este odio que se da y que engloba a toda una clase, de momento, no genera reacciones. Este odio proviene de la lucha de clases, una lucha inventada y mantenida por, precisamente, las clases altas hacia una clase obrera debilitada a partir de desmontar o deshacer toda la identidad de clase que le solía caracterizar, mediante la división de los sindicatos, a través del fomento del individualismo, del consumismo exacerbado, de la propiedad, la adoración por la riqueza y culpabilizar a la gente de su situación y establecer la meritocracia como paradigma…
¿Qué significa ser de clase trabajadora?, ¿cómo es que más de la mitad de la población del Reino Unido se considera de clase trabajadora cuando ha desaparecido buena parte de la industria del país?, ¿cómo, a pesar de ello, se difama a la clase trabajadora?, ¿se asocia lo obrero con ser pobre y la clase media con ser culto? La pérdida de arraigo comunitario como identidad puede explicarlo. Una desaparición que se ha dado, en parte y precisamente, por el hundimiento industrial que, a su vez, supone una precarización de las condiciones de los trabajadores del sector servicios (¿la nueva clase obrera?) frente a las personas que trabajaban en las antiguas industrias. «La idea de que la clase trabajadora se ha esfumado, dejando únicamente un resido chav, es un mito políticamente conveniente».
Educación. Educación para superar las divisiones de clase, aboliendo los colegios privados e introduciendo un sistema de liceo francés (7 de cada 100 británicos se educan en colegios privados y, sin embargo, están ostensiblemente presentes en las principales y más importantes profesiones). «Si queremos chicos con aspiraciones, deberemos darles algo a lo que aspirar».«Los problemas sociales que indudablemente afectan a muchas comunidades de clase trabajadora han definido la caricatura chav (choni/cani). Adolescentes empujando cochecitos, gamberros, adultos irresponsables: estos son los chavs (chonis/canis) para mucha gente. Los medios de comunicación, la industria del entretenimiento y los dirigentes políticos han hecho lo posible para convencernos de que estas son cuestiones morales, una indisciplina que necesita rectificarse. Al culpar a las víctimas, las razones reales que están detrás de problemas como las drogas, la delincuencia y el comportamiento antisocial se han ocultado deliberadamente. Se han confundido los síntomas con las causas».
¿Es el desempleo una cuestión de clase? En plena recesión, «la tasa de desempleo de los profesionales de alto nivel era sólo del 1,3%» mientras que «para los trabajadores cualificados era del 8,1%; para los vendedores y trabajadores en nel servicio al cliente, del 10,5%; y para los trabajadores en empleos no cualificados de 13,7%».
¿Se obvia políticamente a la clase obrera? El Nuevo Laborismo británico defiende a grupos como las mujeres o los homosexuales pero parece evitar hablar de clase trabajadora y enarbola la bandera de la clase media haciendo desaparecer del discurso a las y los trabajadores, de manera que éstos no se ven representados por el partido que, supuestamente, debería representarles. Y, a tenor de lo visto, los trabajadores necesitan reclamar y recuperar un sentimiento de orgullo, un cierto valor y reconocimiento social. Recobrar el elemento comunitario para «mejorar las comunidades de la gente y las condiciones del conjunto de la clase trabajadora en vez de, simplemente, aupar a individuos aptos más arriba en la escala social».
Incidir en la lucha contra el paro, en reinventar o hacer renacer la industrialización, en la vivienda como derecho, en la ecología, poner en valor la cooperativización, atacar la evasión fiscal e incidir en una nueva política fiscal, hacer hincapié en el elemento comunitario para tratar de solucionar los problemas antisociales, etc… Y con un cocktail así cabe esperar que todos los grupos sociales se beneficien de una mayor igualdad, incluida la clase media.
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