Este fin de semana acaba el campeonato de liga en la 1ª división del fútbol español. A falta de que se dirima qué equipo será el campeón, cuáles bajen y demás, llego con la más absoluta tranquilidad, que no desinterés, a esta jornada 38. Y disfrutaré con sosiego y sin emoción de la misma porque no tengo, digámoslo así, ninguna vinculación afectiva o sentimental con ninguno de los 20 equipos que componen dicha categoría.
Mi(s) liga(s) acabaron el pasado fin de semana con la clausura del campeonato regular en el grupo II de la 2ªB, donde milita el equipo de mi corazón y de mi pueblo, el Barakaldo CF, y con la finalización de la Premiere League, la liga inglesa en la que sigo con fervor lo que hace el histórico y glorioso Liverpool FC.
En lo que respecta al Baraka, el conjunto gualdinegro despidió la temporada venciendo por dos goles a uno al filial del equipo que puede ser campeón de liga y campeón de Champions, el Atlético de Madrid. Tal y como escribí en la crónica que realicé para VAVEL, éste fue el último partido de Iñaki Zurimendi como entrenador del Barakaldo. No me extenderé más en la figura del técnico de Alonsotegi ya que ya lo hice hace unas semanas en este mismo cuaderno.
Puestos a hacer una evaluación de la campaña 2013-2014 para los gualdinegros, podemos hablar de sabor agridulce. La temporada comenzó de forma espectacular, con una racha, sólo igualada por el FC Barcelona, de 12 partidos sin conocer la derrota. Estos guarismos y las sensaciones ofrecidas en el primer tercio del campeonato, parecían augurar una cómoda clasificación para los play-off de ascenso a 2ªA (que se van a celebrar en las próximas semanas) e inocularon una sensación de euforia en la masa social gualdinegra que, más pronto que tarde, comenzó a deshincharse. Así, la segunda vuelta del campeonato fue realmente decepcionante en cuanto a juego y resultados y, al fin, el Barakaldo ha terminado por conformarse con el objetivo marcado al inicio de año que no era otro que la clasificación para la Copa del Rey la próxima campaña, campaña que será dirigida, desde el banquillo, por un nuevo inquilino, Axier Intxaurraga.
El nuevo míster gualdinegro tomará los mandos de la nave gualdinegra con la meta, ahora sí, de clasificar al equipo a las eliminatorias de ascenso a la categoría de plata. Para ello, pretende renovar a buena parte de la plantilla, pretende profesionalizarla (convocando entrenamientos matinales, por ejemplo, que imposibilitan, en la mayoría de los casos, el compaginar trabajos extra-futbolísticos con la dedicación al Barakaldo, algo que, hasta ahora, venía siendo habitual en algunos jugadores) y rodearse de jugadores conocidos por él. En este sentido y apenas una semana después de terminar la liga, ya conocemos qué jugadores no renovarán con el Barakaldo y qué otros ya han estampado su firma de compromiso con el club que preside Alberto Romero.
Esas bajas y esas renovaciones se pueden consultar en la web del Barakaldo por lo que, por mi parte, me limitaré a mostrar mi pena porque, en principio, no se cuente para el año que viene con un jugador de la calidad de Joseba Arriaga, y mi alegría porque se renueve a Odei Onaindia (en mi humilde opinión, el mejor fichaje del año pasado y el futbolista más regular de la temporada) y a Imanol Aguiar, jugador que está llamado a ser el capitán del Barakaldo CF del futuro, tal y como concluí tras entrevistarle hace unos meses en VAVEL. La siguiente noticia que espero leer es que también se renueva a César de la Hoz y espero percibir que se ficha con criterio, aunando experiencia, calidad y trabajo.
Con todo, de aquí a septiembre, estaremos atentos a los movimientos que se produzcan antes de volver a Lasesarre con toda la ilusión, a pesar de que el Barakaldo sea uno de esos equipos con los que se disfruta sufriendo, como escribí ayer, o, al menos, un equipo en el que las alegrías no están, precisamente, a la orden del día.
Y el Liverpool. Ay, el Liverpool. ¡Qué temporada! Maravillosa, pensándolo friamente. Sobresaliente. Pero que podía haber sido de matrícula de honor. El año en el que se cumplían 25 años de la tragedia de Hillsborough se ha tocado con la punta de los dedos el título de liga. Un objetivo impensable a principio de temporada pero que ha estado muy cerca.
En ese sentido darle las gracias a toda la plantilla y, por supuesto al míster, a Brendan Rogers en esta su segunda temporada al frente de la escuadra Red. Gracias a un estratosférico (y pretendido ya por medio mundo) Luis Suárez; gracias a Sturridge, Sterling, Johnson, Henderson (convocados todos ellos por Inglaterra para el mundial de Brasil) y, por supuesto, gracias al alma máter de este equipo, Mr. Steven Gerrard (también irá a Brasil), por su compromiso, por definir a la perfección el concepto de One Club Man y por cosas como ésta. Gracias al resto, desde Mignolet (capaz de lo mejor y lo peor), pasando por un inconmensurable Skrtel y llegando a currelas como Leiva, magos como Philippe Coutinho o mi idolatrado Joe Allen. Gracias por los partidazos ante el United o ante el Arsenal, aunque, al final, el partido que más voy a recordar será el 3-3 contra el Crystal Palace (¿cómo se puede escapar un partido que ganas 0-3 en el minuto 79?)
En fin, pese a que la liga se fuese, casi al final, hacia territorio citizen, el año que viene el gran Liverpool volverá a la Champions. Nada desearía más, en ese sentido, que los scousers sean rivales del Athletic de Ernesto Valverde y poder acudir a San Mamés con mi camiseta red. Eso y que el equipo no sea especialmente desmantelado y que se acierte con las incorporaciones (suena con fuerza Lallana, del magnífico Southampton de Pochetino)
Y bueno, ya. Creo que ya me he quedado a gusto. Como decía al principio, el fútbol ya acabó para mí la semana pasada y, por tanto, no hace falta que vuelva a escribir al respecto en este cuaderno hasta septiembre, de ahí que haya aprovechado hoy para explayarme… ¿No escribir de fútbol hasta septiembre con un mundial de por medio (aunque yo sea más de club) y habida cuenta de que la fiebre balompédica es una de las que más me afecta? Oh, wait!!! No tomen al pie de la letra eso de que «no hace falta que vuelva a escribir al respecto» porque me temo que faltaría a mi palabra.
PD: la imagen que acompaña este texto es una pancarta que se desplegó en la Ciudad Deportiva de Barakaldo hace unos años en un encuentro de Copa del Rey frente al Alavés, histórico rival de los gualdinegros, y la he elegido para ilustrar este post porque, de algún modo, aglutina mis dos grandes filias futbolísticas. La he extraído de la página de Facebook Histórico Barakaldo CF.
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